lunes, 29 de noviembre de 2010

EL CAFE CALIPSO

Ocho de la noche, la densa neblina cubría las calles del centro de la ciudad, yo caminaba con un espíritu joven y un corazón con heridas, 25 años mirando el brillo de la vida, pero aún sentía que ese brillo no me pertenecía en su totalidad.
Caminando entre la bruma que envolvía a todo aquel que estuviera a su alcance, logre distinguir el aviso de uno de mis lugares preferido, un café que cuando lo conocí era un lugar pequeño, pero con el tiempo ha sufrido transformaciones que han hecho de él mas que un café un bar snob que sirve de punto de encuentro entre tendencias de la mayor sobriedad pero pintorescamente futurista, un sitio donde la superficialidad puede embriagar los sentidos. Me senté en una de las barras con vista a la calle, pedí al mesero un martín dry, unos cuantos estaban en sus mesas, otros sonriendo y otros tal vez como yo pensando en la posibilidad de auto curarse de errores.
A pesar del frío de la calle, dentro del lugar hacia calor, doble las mangas de mi camisa hasta el codo y desabotone un botón mas, mi cigarro consumía el oxígeno para remplazarlo por nicotina, un mal hábito que siempre he pretendido dejar pero regresa, mi mirada atravesaba el vidrio que separaba mi cuerpo físico de la calle. Una melodiosa voz se acerca y se dirige a mí. "Interesante y extraño"
Gire mi cabeza en dirección a la voz y me encontré frente a la mirada de un hermoso joven de mi edad 25 o 26 años tal vez, alto, blanco bronceado, cabello ondulado y castaño claro, parecía un surfista por su piel, ojos brillantes color miel, nariz finamente cincelada por ángeles, aquel hombre tenia un aspecto de personaje mitológico, quizás fue un guerrero de Alejandro Magno de repente seria uno de los mejores, volví en si y respondí con un tono algo cínico y despectivo: ¿Interesante y extraño qué?
Respiró hizo una pausa, tomo algo de su trago y me dijo: A veces quisiera recoger en un instante de tiempo lo que hacemos las seis mil quinientas millones de personas que compartimos en este mundo.
Parece tarea de Dios, si quieres puedes tomar asiento, conteste con una sonrisa en mi cara. Mi desconocido amigo no titubeo por un instante. Mi nombre es Tiago, mucho gusto
El mío es Enrique, te ofrezco un cigarro.
Uhmm… No gracias. No fumo.
Le pregunte a que se dedicaba y me respondió que pronto seria ingeniero, sonreí y le dije que bueno seremos dos entonces. Me miro y levanto su trago para brindar por ello. Comenzó a hablarme de sus estudios pero mis sentidos solo exploraban cada curva de su cara, realmente era alguien muy amigable a parte de ser un tipo físicamente agraciado. Generalmente soy algo franco y directo le dije: Me pareces una persona agradable pero ¿por qué te has acercado a mí? Hay un montón de chicas con las que puedes hablar y estoy seguro que no perderían la oportunidad de hacerlo.
La expresión de su cara cambio, una especie de dicotomía entre un miedo profundo, y un estado iracundo de desagrado se hizo notar y respondió: Me gusta esta barra, me gusta observar a la gente que camina en la calle y pensé en la posibilidad de conocer a alguien interesante que observe a través del cristal como a veces yo lo hago.
Mi mirada seguía fija en mi trago, en ningún momento lo observe mientras hablaba, solo escuche su voz, se levanto y me dijo: Discúlpame no quise molestar.
En el instante que comenzaba a retirarse mi mano sujeto su brazo y allí perdí contacto visual con mi copa para mirarlo y decirle: Siéntate aun no me conoces.
No aun no te conozco, respondió con un tono algo fuerte.
Regreso a su lugar, ya el ambiente del café estaba mas cargado eran las 10:30 p.m. Y comenzaba a desfilar toda clase de gente por el lugar, la música se hacia más fuerte e intensa y me sentía a gusto con mi compañero, me pregunto:
- Cuéntame, ¿tienes novia, esposa, hijos?, respondí: no, soy muy joven para hijos, el matrimonio no va conmigo y pues las novias pueden ser un dolor de cabeza, sonrío y dijo: - pienso igual, jajá jajá, sus carcajadas tenían un ritmo que invitaban a seguirlo, yo llevaba mas de tres tragos el tal vez el doble, por un instante perdí mi mirada en sus ojos y me pregunto: ¿Qué ves en mí?
Veo… muchas cosas
Si, ¿cómo qué?
Tal vez los tragos me han abierto el sentido de visualización
No creo, respondió… Yo con o sin ellos pude observar mucho desde que entre.
Ah… ¿si?, ¿qué será?
Bueno lo mismo que tu… respondió
Su gruesa pierna tocaba la mía debido a la cercanía, mis manos estaban sobre mis piernas, y las de él en su vaso, por un momento sentí el roce de dedos en mis piernas, buscando un sentido mas estricto a lo que sucedía, lo mire y disimulo posando sus manos en sus piernas, sonreí, sabes me gustan las manos que se olvidan de la timidez, mis palabras fueron un cheque en blanco. En medio de la oscuridad del lugar y mientras conversábamos de nuestras vidas, nuestras manos tenían su propia conversación con nuestras piernas, aquello era una situación excitante además de peligrosa debía ser con la mayor discreción posible debido al lugar donde nos encontrábamos. Al rato me dice:
Sabes, no me siento bien, preferiría ir a mi apartamento, me gusta tu compañía si deseas podemos seguir conversando allá.
Tal vez en otra ocasión, respondí.
Si, tienes razón discúlpame una vez más, respondió.
Te acompaño a tomar un taxi, le dije para aliviar la tensión.
No tranquilo, tengo mi auto en el estacionamiento.
Te acompaño hasta el, insistí.
Si gracias, si quieres te dejo cerca de tu casa.
Claro sería un placer.
Cuando llegamos a su auto, me di cuenta que no estaba en condiciones para manejar, disculpa me dijo, es que después de unos tragos las cosas se mueven, le dije ¿pero si quieres te llevo a tu casa?, contesto inmediatamente, chévere gracias, toma mis llaves, vivo en la Alameda, lo monte en su auto y me dispuse a llevarlo a su apartamento. Maneje por la avenida hacia el norte de la ciudad donde casualmente ambos vivimos, camino a su casa me dice, vivo en el edificio los Geranios, si conozco cual es respondí, vivo muy cerca de el, giro su cabeza hacia la ventana y guardo silencio, tal vez ambos teníamos varias preguntas que deseábamos responder.
Me detuve frente a su edificio, me indico su lugar de estacionamiento, es allí me dice, pero luego de estacionar el auto, me estacionas a mi en mi apartamento se río estrepitosamente, le respondí claro me encargo de que estés bien y luego me voy, me miro y con sus bellos ojos se dirigió diciéndome gracias, sabia que debía hablar contigo esta noche. Lo lleve hasta la puerta de su apartamento, la abrió, era un lugar de muy buen gusto minimalista, le pregunte ¿eres estudiante y tienes estos lujos?, sonrío y dijo, a veces tus padres hacen lo posible por hacerte sentir bien, por el hecho de nunca estar, su trabajo los mantiene fuera de la ciudad por largas temporadas, ya estoy acostumbrado a estar solo, pasa sigue, siéntete cómodo, no vale, respondí, ya estas acá, además no te puedes ir sin estar seguro que estoy bien sonrío mostrando sus perfectos dientes.
Se acerco y me dijo: Quiero seguir haciendo lo que hacíamos en Café Calipso pero acá los dos sin inhibición. Puso su rostro frente al mío rozando sus labios con la piel de mi cara, cerré mis ojos y con mis manos lo empuje tomándolo de sus caderas hacia mi, el resultado fue sus labios sobre los míos y sus manos y brazos apretando mi cuerpo, ya estaba dicho entre líneas lo que ambos deseábamos, nos besamos intensamente sus manos se metían dentro de mi camisa acariciando mi pecho, su lengua era un látigo de fuego que incineraba mi boca, mis manos tocaban su prominente espalda, comenzó a caminar sin soltarme me guiaba empujándome con su cuerpo. Empezó a besar mi cuello y yo comencé a quitar su camisa, se detuvo por un momento, me miro a los ojos y luego sonrío, su sonrisa desarmo mis sentidos y poco juicio que tenía, continué quitándole la camisa, dejándola caer al piso, bese su hermoso pecho que dibujaba su anatomía, mientras el acariciaba mi pelo, su perfume y el mío se mezclaban embriagando el aire, comencé a morder sus pezones mientras el reía, los lamía alrededor y en cada punta, mientras el quitaba completamente mi camisa, dirigió mi cabeza a la suya y lo bese esta vez fui yo quien busque sus labios, me besaba mientras reíamos, me encantaba su espíritu siempre alegre.
Seguimos caminando mientras me conducía a una de las habitaciones, inferí que seria la de él, llegamos a una habitación claramente minimalista de excelente gusto, todo en su lugar, una gran cama perfecta e inmaculada, bienvenido a mi habitación, esta noche será de ambos, sonreí, pensé que era una locura o un sueño, delante de mi tenia a un semidiós sin camisa que se quitaba los zapatos, me pareció excitante verlo sentado en su cama, desatando cada lazo y quitándoselos de forma ordenada, era obvio que era una persona que le gustaba tener todo en perfecto estado y perfecto orden. Me agache y lo ayude con sus medias, desvelando sus pies perfectos, dedos hermosos y anatómicamente perfectos, para no romper su orden quite mis zapatos mientras el besaba mi cuello y espalda, también quite mis medias y desabotone mis pantalones, gire sobre él y estábamos en la cama yo sobre él y mis manos bajando sus pantalones, acariciaba mi espalda, podía sentir la erección que ambos teníamos, de un momento a otro solo quedamos en ropa interior, dos cuerpos entregados a conocerse cada pierna se enredaba con la otra nuestros brazos se extendían por encima de nuestras cabezas terminando en un lazo entre las manos, yo besaba su cuello el mi cabello, me tomo con fuerza y se poso encima mío, beso mi pecho y lamió cada pezón dibujando una línea con su lengua desde allí hasta mi ombligo, allí se acerco a mi vientre y con su boca comenzó a quitarme el slip, yo lo ayude un poco mientras quedaba totalmente desnudo ante él, me miro y sonrió, mi erección era clara así como la de él se podía ver, allí mientras estaba sentado sobre mi con mis manos quite su bóxer y cayo a un lado de la cama.
Ya ambos desnudos y en la cama, busque su pubis cada vello tenia una posición determinada, su olor excitaba mis sentidos, sus gruesas y fuertes piernas las tome mientras con mi lengua recogía el sabor de cada intersticio de sus testículos y de su pene, él busco acomodarse para llegar al mío y sentí su lengua lamiendo la base de mi pene, sus dientes tocando mis testículos enredando su boca en mi pubis, mi lengua saboreaba su glande y poco a poco iba entrando a mi a través de mi boca, ambos nos lamíamos y chupábamos, el succionaba intentando arrancarme el espíritu a través de mi uretra, explorábamos cada parte de nuestros genitales, mis dedos comenzaron a tocar y acariciar el punto que separa su ano de su pene, mientras él con sus manos apretaba mis piernas, cada roce de su lengua y de su barbilla con sus cortos y duros vellos faciales, revolvían y estremecían cada poro de mi piel, gire sobre su cuerpo apretando mis genitales en su cara, no deje de abrazarlo y cuando solo lo tenia a mi merced debajo de mi lo empuje con mi cuerpo hacia el centro de la cama, sus fuertes piernas se enredaban con las mías, los finos vellos de nuestros cuerpos se enredaban y entrelazaban, sus axilas y las mías estaban limpias me pareció agradable ver su pulcritud, vellos bien cortados, las bese e hice un poco de cosquillas con mi boca, el sonrío, terminado por besarnos nuevamente.
Recorrí con mi lengua su cuello, su pecho, su ombligo, su cara era de absoluta satisfacción, llegue a su pene y metí sus testículos en mi boca, los mordí suavemente como si mis dientes fueran trozos de seda acariciándolo, hale algunos vellos con mis dientes, llegue a su ano y comencé a morder sus piernas a lamer alrededor de su orificio anal mientras se abría mas gimiendo de placer, bese sus testículos, mi barbilla frotaba su ano y lo excitaba al punto que pedía que me lo follara.
Follame ¿qué esperas?, estoy esperando que quemes mi cuerpo y me dejes revuelto por dentro.
Bese su ombligo y levante sus piernas ambas frente a mi evidente erección, su ano estaba expuesto a pesar de no tener ningún tipo de lubricación su liquido preseminal y el mío eran suficiente como para ayudar la penetración, introduje mi glande en su ano, ambos sentimos una experiencia eléctrica por todo el cuerpo, me dijo tranquilo continua, así que poco a poco seguí mientras retorcía su cabeza a un lado, mis piernas imprimían energía para empujar, su esfínter se cerraba pero yo seguía empujando, seguí metiéndome dentro de el hasta que mi vientre toco sus testículos, nos quedamos por un instante quietos mirándonos, acostumbrándonos el uno al otro, hasta que decidí comenzar a repartirnos placer, comencé a salir y a entrar suavemente mientras mis manos lo masturbaban, al mismo tiempo él seguía echando liquido preseminal y lo llevaba a mi boca, continuamos un rato así, lo tome de las axilas y cada vez que me insertaba en el imprimía fuerza y lo ataba con mi pene a mi, tal vez algo le cortaba por dentro por su forma de gemir, pero luego reía se tocaba los pezones y me acariciaba la espalda y pecho, seguí con los movimientos dándole velocidad, mi cara cambiaba, mis ojos cada vez se excitaban mas, su bello cuerpo marcaba su atlética musculatura, mi cuerpo se tensaba dibujando mis músculos igualmente ambos gemíamos de placer, le dije que quería echarle mi semen por todo su cuerpo, me respondió, prefiero que lo dejes dentro de mi, igual me parecía genial su petición.
Sus piernas apretaban mi espalda y la frotaban, yo besaba su cuello, tocaba mi cara de una forma suave y angelical continué, sentía orgasmos que subían por mis piernas, me detenía por un momento para evitar eyacular, así continué un buen tiempo hasta que comencé a moverme de forma fuerte y cada vez mas fuerte al punto que me dolía mi glande, pero la sensación de placer era mayor, un intenso momento se produjo desde mis testículos comenzaba a eyacular, cada chorro que expulsaba era un excitante orgasmo que me hacia gruñir, él tocaba mi espalda y me empujaba mas fuerte, los movimientos de mi abdomen frotaban su pene cuando caí en su pecho su semen ya salía de su pene golpeando mi vientre, eran chorros calientes de un olor fabuloso, mi semen salía de su ano, ambos bañábamos nuestros cuerpos con el, la habitación se inundo de aquel excitante olor, ambos estábamos convencidos que esa noche no había sido casualidad, el tiempo y espacio nos reunió, lo abracé a mi cuerpo cerro sus ojos y quedo en mi regazo, enrede mis pies con los de él y seguí su ejemplo dejando mi mente en blanco y dejándome llevar por el sueño.
Desperté eran las 7:30 a.m. lo vi aun cobijado cerca de mi cuerpo, lo mire y bese su cabello, salí de la cama y me dispuse a buscar mi ropa, fui a su baño lave mi cara y comencé a vestirme, salí y lo vi, tendido aquel semidiós, sentí la imperiosa necesidad de quedarme a su lado ahora y siempre, busque un papel para dejarle mi numero y dirección, cuando lo anotaba me pregunte ¿que tan intenso había sido?, y me dije lo suficiente, pero prefiero no mantener algo que puede ser incierto, preferí guardar el papel en mi bolsillo, me puse frente a la cama y guarde su imagen, salí de la habitación, conseguí mi camisa, me la coloque y salí del apartamento, por un momento quise regresar pero ya había tomado mi decisión.
Paso mas de una semana, reproche muchas veces no dejarle mi numero pero no podía echar el tiempo para atrás, camine por las calles buscando tomar un taxi a mi casa, pase frente a Café Calipso y recordé aquella intensa noche… observe su puerta y mis ojos buscaron su interior, como siempre gente bella derrochando superficialidad, cansado decidí seguir de largo, no llevaba mas de 20 m. camino en la calle cuando sentí una mano en mi hombro, gire mi cabeza y escuche una conocida y suave voz que me decía, estaba sentado en la barra mirando a través del cristal y me di cuenta que no deseo saber que pueden hacer en un instante las seis mil quinientas millones de personas que coexistimos en el planeta, porque solo me interesa lo que hagas tú!

domingo, 28 de noviembre de 2010

MI COMPAÑERO DE TRABAJO

A este chavo lo conocí el trabajo, somos compañeros, pero desde el primer día que lo vi, su mirada penetrante me hizo desearlo, él es moreno, mide aproximadamente 1.85, 86 Kg., buen cuerpo, aunque no marcado, y unos ojos que desvanecen a cualquiera. Su defecto es ser casado.
Duramos aproximadamente 10 meses sin hablarnos, yo no me animaba a decirle ni una palabra solo me dedicaba a verlo, y en ocasiones se cruzaban nuestras miradas pero no más de eso. Un día ya no aguante más y me atreví a decirle algunas palabras, estaba que moría de nervios, pero a partir de eso nuestra relación como conocidos fue creciendo, un día quedamos de ir un grupo de compañeros a un antro.
Al estar en la hora y lugar que acordamos solo estábamos un amigo y yo, después de 15 minutos llego Richard, algo que me sorprendió ya que no sabía que él vendría, decidimos no entrar, y nos íbamos a retirar cada quien a su casa, él me pregunto que para donde iba, al decirle me dijo que el pasaría cerca de ahí, que si quería me dejaba en mi casa, esto me sorprendió y acepte aunque jamás esperando mas de el simple aventón.
Al llegar a casa note que no había nadie, lo invite a tomar una cerveza, deje que el entrara primero al querer por accidente toque su rico culo, despuaués de 4 cervezas el me pregunto que si le gustaba o porque le había agarrado las nalgas, me quede mudo por un momento y le dije que fue un accidente, pero que si me gustaba, él de inmediato se levanto, creí que se iría, pero OH sorpresa, se quitó la camisa y me dijo que yo también le agradaba, me acerque y nos fundimos en un fuerte beso, le acariciaba su pecho, cuello. Me fui bajando y recorriendo su rico cuerpo con mi lengua, él sólo gemia de placer, hasta que llegue a su pantalón y se lo quite de inmediato, tenía una larga, morena y gruesa verga (20 cm.), la comencé a devorar como si fuera el primer dulce de un niño, sus ricos y peludas pelotas me hacían estremecer.
Nos fuimos a mi recamara, me pidió que me acostara boca abajo, instintivamente abrí las piernas, me comenzó a comer el culo, me hizo venir sin que me la metiera, después acomodo 1 almohada en mi vientre, sentí uno, después dos, hasta tres dedos, dentro de mi, eso me provocó una súper erección instantánea.
Después ya con mi recto relajado, sentí como entraba poco a poco su verga en mi, el perecía un experto siendo que era su primera vez con un hombre, ya que tenía toda su pedazo dentro, comenzó con un rico ritmo de mete y saca, era como estar en el paraiso sentir todo su ser dentro de mi, después de unos 15 minutos me pidió cambiar de pose, le pedí que me penetrara de patitas al hombro, ya estando en la posición, me la fue metiendo poco a poco, la sentí aun mas grande, y así aumentaba mi placer, siguió con el bombeo hasta que me dijo que se corría, le pedí que terminara en mi boca, así lo hizo, llenándome toda la garganta, me trague toda su leche acliente, él al ver que se me derramo un poco por la boca se acerco a lamérmelo.
Aunque no quiso que lo penetrara, yo quedé más que servido ya que había sido totalmente de él y él mío, ya que tenia su leche dentro de mi.
Esto solo lo hemos hecho dos veces más, aunque en el trabajo parece que no nos caemos muy bien, en la cama somos los amantes perfectos.

sábado, 27 de noviembre de 2010

ROSTROS

FOLLADO POR MI PADRE

Mi nombre es Diego, tengo 22 años y vivo en México, mido 165, soy un poco delgado aunque tengo brazos y piernas muy grandes gracias a la natación, lampiño, de piel apiñonada, y mi pija mide 15 cm., no es muy grueso pero tampoco muy delgado, sobra decir que soy gay desde que tengo memoria.
Esto paso hace dos años durante las vacaciones de verano, fue algo muy raro, pero lo más excitante que me ha ocurrido en mi vida.
En ese entonces yo tenía 19 años, mi mamá decidió llevar a mis abuelos a la playa ese verano, mi hermano se fue con ellos. Mi papá y yo por cuestiones de trabajo y escuela estaríamos de jueves a domingo solos en la casa, mi papá en ese entonces tenía 46 años, es un hombre moreno, muy peludo, mide 1.75aprox., aun conserva un buen cuerpo debido al ejercicio que ha realizado desde joven, pero como todo señor se le ha hecho algo de pancita, y su verga es unos centímetros más grande que la mía y más gruesa.
El día jueves todo transcurrió con normalidad yo fui a la escuela, regresé a casa por la tarde, en la noche llegó mi papá de trabajar, cenamos, dormimos y al otro día lo mismo… o eso pensé que pasaría, ese viernes conocí a un chico el cual lleve a mi casa, nos dimos una mamada de aquellas, pero ninguno de los dos se vino. Después de eso yo me quedé súper caliente, no sabia como quitarme esa calentura. Para cuando llegó mi papá en la noche yo ya tenía mi ropa de dormir (unos boxers muy aguados y una playera delgada sin mangas). El había rentado algunas películas en el video-club, películas aptas para “dos hombres solos” según él. Eran dos películas de cierto toque “erótico”, en una escena dos chicos se besaban el pecho y se tocaban de manera muy sugestiva, mi pija no tardo en reaccionar debido a la excitación que guardaba desde la tarde. No sabía donde esconder la erección que ya se notaba, solamente se me ocurrió poner mis manos sobre mi paquete que ya palpitaba de tanta excitación; mi papá sólo dijo:- ¿Quién se puede excitar con esas actuaciones tan pésimas?
Conforme pasó el tiempo mi erección bajo, algo contrario que pasó con mi excitación que era más grande. Después de la sesión de cine en casa nos dispusimos a dormir; pero alrededor de las dos de la mañana yo no podía dormir, mi excitación era demasiada, me levante de mi cama para ir al baño y hacer lo mío cuando en la sala vi algo que nunca imaginé ver… era mi papá en de espaldas a mi en medio de la oscuridad sentado en el sillón masturbándose de una manera increíble, inmediatamente tuve una erección, mi verga estaba como una piedra; no aguanté más, me metí al baño y empecé a masturbarme, tenía los ojos cerrados y sólo tenía una imagen en mi cabeza: mi papá masturbándose.
Mi calentura era tanta que mis movimientos se hicieron más rápidos, no pasó ni un minuto cuando me vine y oh sorpresa!, me estaba viniendo cuando la puerta del baño se abre y mi papá me vio y solamente dijo… “ya duérmete que es tarde”, perdí mi erección en fracción de segundos, en ese momento fue más mi pudor que mi calentura.
Al otro día mi papá me despertó y me dijo que lo acompañara a comprar pintura y pintar mi cuarto (el cual comparto con mi hermano), durante el camino él no dijo nada, de regreso de comprar la pintura me dijo:
- No sabía que te masturbabas. Me quedé helado y sólo le dije: “sí”
Hubo otro silencio hasta llegar a la casa, empezamos a sacar las cosas del cuarto y antes de pintar nos pusimos ropa la cual no hubiera problema en que se pintara, yo me puse un pants, una playera vieja y unas sandalias, mi papá traía un short, una playera sin mangas y tenis; el short permitía ver su bulto además dejaba ver que no traía ropa interior.
Ya como a las 10 de la noche habíamos terminado de pintar, como la pintura no secaba todavía mi papá sugirió que durmiera con él. Para dormir yo me quité en pants y la playera ya que esa era una noche calurosa, únicamente dormiría con mis boxers, cual sería mi sorpresa cuando mi papá se quitó todo, me miró y me dijo:
- No te molesta ¿verdad?
- No (le respondí)
- Es que con estos calores uno ya no sabe que hacer (me dijo).
Apagó la luz y la habitación se quedó silenciosa… hasta que mi papá me dijo:
- ¿Ya duermes?
- No, conteste
- Me sorprendió verte masturbadote anoche, nunca me imaginé que vería a mi hijito haciendose una paja.
Y yo nunca imaginé que me fueras a ver. Se volvió a hacer un silencio incomodo hasta que volvió a tocar el tema, pero ahora de una forma inesperada:
- Yo también me masturbaba cuando tenía tu edad, y aún lo hago.
Yo me puse de piedra, literalmente lo hice, mi verga se erectó en ese mismo instante.
- Anoche lo hice en el sillón y fue incomodo… (volvió a decir mi padre), tengo unas ganas de hacerlo, Estando acostado boca arriba voltee a ver de reojo a mi papá y se estaba tocando su bulto, se veía en medio de la oscuridad como su mano recorría su bulto debajo de la sabana.
- Yo también (le dije), y que sugieres? (le pregunte)
- Te parece si lo hacemos aquí?
- Juntos???
- Si porque no, no tiene nada de malo, padre e hijo deben experimentar cosas no?, y más si es sobre tu sexualidad.
Aun no le contestaba si o no cuando mi papá quitó las sabanas de la cama y mostró su verga, prendió la lámpara del buró y la vi, era grande, gruesa, palpitante y muy peluda, con unas bolas no tan grande que le colgaban hasta la cama; mis boxers no podían ocultar mi erección, mi papá dijo:
- Anda déjalo salir, se ve que ya no puede más…Me quité el bóxer y mi verga salió, ya tenía algunas gotas de líquido pre-seminal en la punta.
- Ya ves, esta que revienta (dijo mi papá), pues empecemos.
El simple hecho de ver como mi papá frotaba su verga era más que suficiente para que automáticamente yo empezara a hacer lo mismo. Cerré mis ojos y sólo pensaba en lo que estaba ocurriendo a mi lado, de pronto sentí la mano de mi papá en mi pecho que se deslizó hasta mi abdomen y se detuvo en mis pelos púbicos y mi papá susurró a mi oído: “te ayudo”, en cuanto terminó de decir eso, tomó mi verga y empezó con un sube y baja suave pero firme a la vez, esas sensación hizo que no aguantara más y me vine.
- Muy bien, ese es mi hijo!!! (dijo mi padre), ahora me toca a mi, pero me tendrás que ayudar.
Me tomó de la cabeza y me dirigió hacia su palo que ya estaba a punto de estallar, inmediatamente se la empecé a mamar, mi papá sólo gemía con fuerza… eso me puso al cien y nuevamente tuve otra erección… de repente sentí una explosión caliente dentro de mi boca además de un sabor agridulce… era el semen de mi papá. Mi papá me tomó de la cabeza y me beso, mezclamos semen y saliva en ese caluroso beso.
Nos recostamos en la cama y pensé que todo terminaría ahí pero no, yo me había recostado boca abajo (accidentalmente o a propósito aun no lo sé), de repente sentí como mi papá empezó a juguetear con uno de sus dedos en la entrada de mi ano “¿quiere entrar?” le pregunté, el sólo sonrió, acerco su cara a mi culo y empezó a darme una lamida que nunca olvidare; yo gemía y apretaba la almohada con los dientes de la emoción, entonces él levantó mis caderas y puso la punta de su palo en la entrada de mi hoyito, y me preguntó:- ¿Estas seguro?
- Sí, (le contesté), quiero sentirte, quiero saber que se siente tener dentro la verga que me creó.
El sólo rió un poco y dejó que entrara toda de un golpe, obviamente grite de dolor, pero al mismo tiempo de excitación, y empezó con el mete-saca, inició lento pero cada vez si iba haciendo más rápido, me tomaba de las caderas como si estuviera con una mujer, no decía nada, sólo respiraba muy fuerte, en momentos me masturbaba con una mano, y de vez en cuando me daba una nalgada, la cual yo recibía con todo placer. Después de unos minutos, cuando me masturbaba, me corrí una vez más, por lógica apreté mi ano al venirme, no sé que haya sentido él pero gimió de una manera impresionante, aceleró sus movimientos y se vino, sentí como toda su leche recorría mi interior.
Se separó de mi y me dijo que se daría un baño y que yo debería hacer lo mismo, durante el baño sólo hubo cierto toqueteo y a veces me metía dos dedos en mi culo, el cual aún estaba sensible por aquella cogida. Después del baño nos fuimos a dormir.
Al otro día, ordenamos el cuarto ya secada la pintura y esperamos a que mi mamá llegara.
Nunca hemos hablado de lo que pasó y hasta la fecha no se ha repetido.