viernes, 30 de septiembre de 2011

MI PRIMO, EL DIVORCIADO

Muchos Años vivi solo por azares del destino; siempre me he sentido autosuficiente y autoidentificado en mis preferencias sexuales: soy gay, doy y recibo sin problemas. Mi temperamento caliente me ha dado la oportunidad de disfrutar excelentes experiencias.
El relato que me ocupa ahora es el de Gabriel mi suculento primo cuarenton. Decia al principio que me acostumbre a vivir solo hasta que, hace algun tiempo Gabriel recien divorciado llega a mi casa a pedir alojamiento temporal. Lo recibi en nombre del cariño fraternal que nuestros respectivos padres nos inculcaron, pero no pude dejar de sentir cierta molestia porque venia a invadir mi privacidad.
Una vez organizados, le di su espacio para dormir y guardar sus pertenencias, le hice ver que yo recibo visitas sociales e intimas. En Monterrey, al Norte de Mexico, el calor es insoportable, solo disponemos de ventiladores, no clima artificial, entonces, es necesario dormir descubiertos. La casa es como un vagon de ferrocarril, todo hacia atras, por lo que hay puertas intermedias que separan una habitacion de la otra y que, por el calor, se mantienen abiertas.
Justo desde mi mesa de trabajo se aprecia la recamara donde Gabriel duerme. Gabriel es sumamente atractivo, cuerpo fornido, alto, blanco, velludo, usa generalmente jeans, se le marca un bulto considerable en la entrepierna, lo he visto algunas veces cuando por accidente entro al baño y esta abriendo la ducha, e incluso cuando se esta masturbando, pero de espaldas. Nunca habiamos hecho comentarios sobre nuestra vida sexual, pero yo albergaba esperanzas que consideraba quimericas, el duerme en boxer, yo desnudo, nunca hubieron comentarios al respecto.
Al estar el recostado en la cama, cubierto solo por su boxer, de esos que tienen una abertura al frente, sin botones, dejaba ver sobre el resorte y bajo las perneras, sendos trozos de carne peluda apetecible, pero el objeto de mi curiosidad estaba siempre escondido. Algunas veces, cuando yo estaba trabajando a altas horas de la noche, o muy temprano al amanecer, el daba vueltas dormido o cambiaba de posicion, entonces empece a fijarme mas en que tenia tremendas erecciones que me alteraban al grado de masturbarme imaginando lo que escondia.
Hace dos semanas su gran verga salio de su cautiverio, es una enorme tranca de unos 22 cm, muy gruesa, cabezona, sin circuncidar, una delicia a la vista y yo suponia que debia ser un regalazo a mi boca ávida de mamar o a mi culo deseoso de ser llenado por un instrumento de esas dimensiones.
Platicando en el chat con un amigo le hice el comentario del espectaculo que veia desde mi posicion y el me sugirio aventurarme a tocarlo. El pasado sabado 11 de mayo me decidi, me acerque con toda cautela, estire mi mano y baje el prepucio de aquella cabezota que medio asomaba entre la abertura del boxer, mi sorpresa fue mayuscula cuando aquella verga crecio casi casi instantaneamente. Su grosor excedia cualquier especulacion, la tome delicadamente, subi y baje el prepucio, latia de calentura.... mi propia ereccion casi me hace mojarme.... mi atrevimiento llego a mas, mucho mas, engulli con mi golosa boca aquel pedazote de carne palpitante, estuve disfrutando aquella mamada de una forma que no habia conocido cuando de pronto.....Gabriel me exige:
"Subete a la cama, hagamos un rico 69, me encantas cabron, siempre he tenido ganas de cogerte y de que me cojas". Sorprendido y caliente le obedeci; nos hemos dado una rica chupada de huevos, vergas, culos. Ese cabron es tan caliente como yo.
Esa noche, ambos explotamos chorros y chorros de leche uno en la boca del otro, mas tarde nos duchamos, tomamos una copa juntos, cruzamos las copas, nos acariciamos y entones vino lo mejor. Me pidio que me parara frente a él, en sentido en la cama, empezo a besar mi ombligo, mi pubis, mi verga, mis huevos, parte de mis muslos, a la vez que acariciaba mis peludas nalgas, empezo a hurgar entre mi raja y llego a mi culito deseoso, metio primero un dedo, luego dos y al final tres, cada vez los sacaba, los ensalivaba y me hacia gemir.
Me pidio que me volviera y me arrodillara al borde la cama, me abrio las nalgas y previa puesta de condon con rugosidades en su enorme verga, me dio un empujon que, de un golpe estaba ensartado dentro de mi.... el dolor fue indescriptible, pero la cadencia con que realizaba el metesaca, me hizo concebir un placer no conocido, tardo casi veinte minutos bombeando en el interior de mi culo y de pronto senti que el condon se englobaba y se llenaba de espeso liquido caliente, que brutal cogida me dio.
Posteriormente, se fue a mi verga, me la mamo deliciosamente, se la metia toda, 19 cm. y bien gruesa y cabezona, hasta el fondo de sus amigdalas, la metia y sacaba, hasta que me provoco una corrida incontenible, degusto toda mi carga de semen, se relamio, me dijo que no podiamos seguir como antes, que yo seria el amor de su vida, que habia dejado a su mujer porque su pasion eramos los hombres y que desde muchos años atras pensaba en mi y se masturbaba a mi salud, porque me habia visto desnudo una ocasion y se le habia antojado mi verga, que por ello, luego de su divorcio me habia buscado en primera instancia.
Tubimos una semana de plena felicidad y satisfaccion sexual, nos hemos unido mucho y creo que esto va para largo.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

EN EL CAMPAMENTO

Soy de Venezuela, 26 años, 1.77mts, 70kg, no voy al gym pero tengo buen cuerpo, esto me sucedió un verano, en un campamento.
Éramos un grupo de 4 personas, un amigo de Tailandia, uno de Corea y un suizo. Lo que sucedió fue con el suizo, él es blanco, cabellos rubios,ojos verdes, delgado y con una barbita que provocaba besarla y unos labios carnosos y bien rosados.
Nos fuimos todos un sábado temprano a nuestra travesía, el campamento iba a estar a las orillas de un lago, nos pusimos a pescar y a tomar toda la tarde; al llegar la noche estábamos todos un poco tomados y reunidos al borde de una fogata, cabe destacar que teníamos sólo una carpa, para los 4, yo estaba en una esquina, junto al suizo y los otros dos del otro lado.
Cayó la noche y hacía algo de frio, no se que hora era pero siento el cuerpo caliente del suizo, y me le acerco por detrás y comencé a tocarlo disimuladamente.
Él tenía solo unos short y una franela, estaba acostado de lado dándome el frente, comencé a tocarle el pecho y empezar a bajar hasta su verga, le rozaba por encima del pantalón, cuando de repente hizo un movimiento bruzco y me agarro la mano, y me la puso en su pecho, creo que estaba aun dormido y lo hizo inconsciente, cuando me volví a armar de valor y volví a bajar la mano y seguí rozándolo.
Me acerque más a él y podía respirar su olor, empecé a tocarlo más y empecé a darme cuenta que su paquete comenzaba a ponerse duro, él se desperto pero no dijo nada, yo seguía en lo mío sin darme cuenta, hasta que él comenzo a tocarme a mí también, me detuve del susto, pero él siguió como si nada. Me dió luz verde.
Le saqué la pija del pantalón, debería medir como unos 19 cm, no muy grueso, el mío es de 18 cm algo grueso. Todo muy silencioso para que los demás no se dieran cuenta él se volteó y me dio la espalda. Pensé que era hora de dormir o no estaba más interesado, pero no fue así, comenzó a echarse hacia atrás y a rozarme con su culo en mi bulto, se bajó el pantalón y sacó mi verga y lo puso en su orificio, yo comencé a hacer presión pero no mucha, no me quería lastimar, ni a él tampoco, pues no estaba lubricado.
Empecé a besarle el cuello, él en un movimiento tomó su mano llena se saliva y me la untó en la pija; comenzó a hacer presión y logró comenzar a meterlo. Allí comenzó un mete y saca muy rico, despacio y sin poder hacer ruido. Sentía como mi verga entraba y salía de ese culito tan rico y delicioso; varias veces me tuve que detener para no eyacular y no terminar la diversión allí.
Él hacia un tipo de succión con su culo, que me producía un inmenso placer. Le dije no, me harás acabar, no le importó y siguió haciéndolo hasta que no aguanté y me vacié dentro de él.
Así nos quedamos un rato, era tan placentero que no la quería sacar. Como a los 10 minutos él comenzó a moverse, mi miembro estaba un poco flácido pero lo suficientemente grande aún para no salir de allí.
Comenzó a moverse y se me comenzó a poner duro nuevamente. Allí comenzamos otra vez con la faena, ya su culo estaba bien lubricado con mi semen y se hizo la tarea más sabrosa más que la primera vez; sentía como se movía y en cada movimiento su culito me hacía delirar del placer.
Así al rato eyaculé por segunda vez y esta vez se lo saqué, pues no quería seguir llenándolo de semen, además estaba cansado.
Él ni corto ni perezoso me empujó y me puso de espaldas diciéndome es mi turno. Yo realmente no quería la tenía grande, pero él me bajó los pantalones hasta la mitad y con su verga en salivada empieza a hacerme presión. Sentí como su glande atravesaba mi agujero, a él no le importaba si me dolía o no, lo hacía con fuerza hasta que entró, yo sin poder decir o hacer nada, pues mis amigos se podían despertar, pero al rato comencé a sentir un placer indescriptible, sentía como su verga me destrozaba por dentro, pero se sentía tan bien.
Empezó con movimientos rápidos, pero la sacaba casi toda y la metía de una vez, hasta que sentí algo caliente llenándome el interior de mi ser. La dejó allí por un rato, hasta que se le puso flácida, la sacó, me di vuelta y nos comenzamos a besar. Allí nos subimos nuestros respectivos pantalones, y a dormir.
Al siguiente día nos fuimos a bañar todos, nunca dijimos nada y nadie comentó nada. Regresamos a la civilización, lamentablemente nunca lo volví a ver, pues regreso a la siguiente semana a su país, pero aun recuerdo su olor y su sabor.

domingo, 25 de septiembre de 2011

PAPÁ Y YO

La historia que os cuento es lo mas excitante que me ha ocurrido en mi vida. Yo soy gay y lo tengo muy claro desde que era bastante joven. Ahora tengo 23 años pero mi primera experiencia sexual se remonta a la adolescencia, con un compañero de clase con el que todavia pego un polvo de vez en cuando. Pero lo que os quiero relatar ocurrio hace dos meses.
Yo llevaba varios meses fijandome en los hombres mayores, me gustaban los cincuentones, quizas por aquello de experimentar sexualmente. Estaba en una epoca en que me habia tirado a un negro, un rubio albino, con la tonteria que te arrastra el morbo de buscar novedades, que tantas satisfacciones te da al cuerpo. Buscaba por todo a un cincuenton para follar con el, cuando de pronto me di cuenta que mi padre, de 52 años, estaba de muy buen ver. Aqui empezo mi obsesion por él, aprovechando cada momento que iba a ducharse para colarme en el baño con cualquier excusa. Me ponia como una moto viendo su cuerpo, que se lo cuidaba mucho yendo al gimnasio tres veces por semana, que si bien no le ponia cachas le dejaba las carnes prietas y el cuerpo definido. Era de los que tenia vello poco espeso desde el pecho hasta el pubis, y a partir de ahi un rabo no muy descomunal, unos 17 centimetros, pero que se habia convertido en mi objeto de deseo.
Me ponia tan cachondo que un dia, cuando volvio del gimnasio con el tiempo justo se dejo la bolsa en su habitacion sin sacar la ropa sucia, y yo al quedarme solo rebusque entre las ropas y me puse a oler su camiseta sudada, el pantalon de deporte entreteniendome en este por la zona del paquete, que tenia restos de sudor de sus huevos, pero lo que me puso cachondisimo fueron los calzoncillos, todo un tesoro. Acerque mi nariz a la zona del paquete y aspire llenandome de su olor a polla sudada, a paquete que habia rozado todo el dia con esa tela. Los cogi y me fui a mi cuarto y una vez desnudo me recree con ellos en la cara, haciendome la paja mas excitante de mi vida con el olor de su paquete y su culo. Transcurrieron un par de dias despues de esto, era viernes y mi madre y mi hermana se habian ido a la casa de la sierra.
Mi padre se habia quedado en la ciudad porque trabajaba el sabado, y yo porque queria salir con mis amigos. Pero el viernes no tenia plan, asi que me quede viendo la tele hasta tarde. Eran las dos de la madrugada cuando llego mi padre del trabajo, me habia pillado viendo la peli porno del canal de pago y yo no me habia enterado de su entrada en la casa.
Me dijo: - "Vaya hijo, veo que estas entretenido" Yo me quede de piedra e hice amago de cambiar el canal, con el mando en la mano, cuando mi padre me paro cogiendo mi muñeca:
- "No te cortes hijo, dejala. Que todos los hombres necesitamos una alegria de vez en cuando"
A esto se fue a su cuarto, me dejo solo, perplejo, cortado y excitado por el recuerdo de la paja del otro dia, y volvio con su pantalon de pijama y se sento a mi lado en el sofa. Yo estaba con una empalmada tan brutal, que con el pantalon suelto del pijama se iba a notar mucho, por lo que decidi subir las piernas y quedarme con ellas recogidas en el abdomen. La pelicula era muy buena, de las que se nota que los actores disfrutan, era de tios y tias, pero de pronto empezo una escena entre dos tios. Yo no sabia a donde mirar, estaba cortadisimo pero a la vez se notaba mi excitacion. Yo no me atrevia a mirar a mi padre y tenia la vista clavada en la pantalla y con el rabillo del ojo controlandolo, cuando este irrumpio girandose hacia mi con tono picaron:
-"Vaya polvo estan pegando esos tios, como se la chupan, parece que te gusta lo que ves. Pues si te excita deberias probar con un tio"
- Yo no dije nada y segui sin apartar la vista y controlando a la vez, con la respiracion entrecortada por la excitacion que me daba la situacion; veia a mi padre mirandome de vez en cuando con una sonrisa en los labios, muy picaron, cuando de pronto note como me metia su mano por el elastico de mi pantalon, se adentra por los calzoncillos y, con la mano por dentro, me empieza a masajear los cojones:
-"Veamos, voy a inspeccionar el paquete de mi niño, que hace mucho que no se lo veo. Oye, tienes los huevos muy cargados y gorditos, aqui cabe mucho semen. Y la polla, a ver si baja y sube bien la piel, parece que si, que buena herramienta gastas hijo y que capullo mas gordo y humedo"
-Yo seguia de piedra sin mirarlo con la vista en la pantalla, mientras el seguia con su masaje, sin mediar palabra tocandome los huevos, bajando hacia la raja del culo, metiendo un par de dedos por ella desde el incio, pasando por el agujerito y llegando de nuevo a los cojones, para pasar otra vez a la polla y seguir un ratito con el sube y baja. La escena transcurria en silencio, con los gemidos de la pelicula, mi respiracion que se entrecortaba cada vez mas y el silencio de papá.
La situacion era suya y a mi me gustaba verme como el obligado. Al volver a hablar, conociendose dueño de la escena, papá ya usaba un tono mas autoritario pero igual de picaron, como el que le dice guarradas a alguien que esta cortado:
-"¿Te gusta la paja que te esta haciendo papá, eh? Venga quitate los pantalones y abrete de piernas para que pueda hacerlo mejor. Sin dejar de agarrar mi polla obedeci, y una vez abierto de piernas me atrevi a mirar como me tocaba. Me encantaba ver su mano repasando mi paquete. Me atrevi a hablar: - ¿Te gusta mi polla, papa?"
- La tienes muy bien, y me gusta que te dejes hacer una paja para que nos conozcamos mejor.
Estas en tu derecho papi, al fin y al cabo mi polla es un poco tuya, tu me la hiciste.
Yo decia estas palabras con una excitacion tremenda, con el corazon latiendo a tope y con ganas de lanzarme sobre él. A él lo veia igual pero lo dejaba hacer con su ritmo contenido, sin precipitar las cosas. Me gustaba ponerme nervioso por lo que se sucederia y a él se le notaba que le gustaba este juego.
Él estaba muy empalmado y dejaba que se le note. Me indico que mirara su paquete:
-"Mira como estoy yo, quiero que me la cojas y me hagas lo mismo"
En esto le baje los pantalones poco a poco, los pase por los tobillos, pies, y una vez comodo se abrio de piernas y yo le cogi la polla, que maravilla, que gorda y que cojones mas ricos, peluditos. Estabamos haciendonos esa paja cuando papá se fue acercando hacia mi cuello, y una vez en mi oreja me confeso susurrando que el dia que le habia robado los calzoncillos, habia vuelto a casa a recoger unos papeles y me habia visto hacerme una paja, me dijo que ya nunca mas deberia oler una tela pudiendo tener el original en sus manos o donde quisiera.
Yo gire la cara y le clave un beso en la boca de tornillo que ya desato el polvo maravilloso que iniciamos. Nos fuimos a la cama, y en trayecto del salon a la habitacion me confeso que desde hacia tiempo le excitaba, que cuando me veia jugar al futbol en la liga del instituyo, con pantalon corto, se ponia como una moto.
Yo le hable de mis necesidades y le pedi que fuera mi amante, que esa noche sellaramos un pacto de semen, que nos la chuparamos hasta corrernos en nuestras bocas para sellar esta relacion fraternal.
Y nos pusimos a ello, mi padre se puso a chuparme el rabo, me estiraba bien la piel para que el capullo quedara terso para despues subir el pellejo hasta taparlo y adentrar la lengua y chupar la punta con el glande tapado. Mientras él se entretenia me coloque para chuparsela. Que excitacion, ya no era una tela con un olor impregnado, era su polla que la tenia a mi disposicion y la mia a la suya, y le estaba sacando partido.
Me la meti en la boca y saboree en mi lengua esos aromas que estaban solo en mi mente. Ahora todo su sabor era mio. Y mis aromas suyos, lo olores del "choricito de papá, ese choricito correoso que tiene mi niño y que esconde una cremita que se la va sacar papá para comersela, porque mi niño sera bueno y le dara a papá la merienda" me decia antes de chuparmela, y vaya si se lo iba a dar, y él a mi.
Ya no podia mas con ese juego de subirme y bajar la piel, él si que sabia como era cada centimetro y que necesitaba en cada momento, sabia como aplicar la lengua en el capullo como nadie, y yo a mi vez le estaba devorando su rabo. Fue tan intensa la ultima embestida que descargue en la boca de padre, una vez, dos, mi semen salia con fuerza intensa mientras su lengua no dejaba de hacer su trabajo sobre el capullo.
De la excitacion de recibir mi semen papá descargo en mi boca, y con aquel orgasmo recibiendo su leche yo creia desmayar, que maravilla, sus chorros calientes en mi boca, el mismo semen del que yo habia salido y ahora lo estaba saboreando, era como hacerle un homenaje por haber nacido y darle las gracias con esa chupada.
Como podeis ver este pacto de semen fue sellado y a partir de este momento tenemos una relacion incestuosa consentida por dos seres adultos que saben lo que quieren y lo que buscan para incentivarse sexualmente.

jueves, 22 de septiembre de 2011

MI PRIMER CONTACTO GAY

Esto me sucedió hace muchos años, pero quiero contarles como fue mi primera vez. En esos días tenia 18 años y estudiaba la preparatoria y siendo un chavo normal tenía mis amigos, así que cierto fin de semana quedamos de ir a una fiesta, para llegar a ella no hubo ningún problema y la pasamos muy bien, el problema fue cuando terminó y teníamos que regresar y nuestras casas y es que la verdad estábamos muy retirados y a las 2 o 3 de la mañana, ya no había transporte público y los taxis cobraban demasiado, así que decidimos caminar, íbamos 7 amigos, bromeando por las calles, hasta que Enrique, que era el mayor de todos con 20 años y líder nos dijo:
-¿Saben?, si seguimos caminando nunca vamos a llegar a nuestras casas, ¿por qué no pedimos aventones?
-Bueno no es mala idea -agrego Raúl, otro amigo.
Seguimos caminando, carro que pasaba, le hacíamos señas para que nos dieran un aventón y nada, hasta que un auto de detuvo cerca de nosotros, corrimos hacia el y Enrique rápidamente, le dijo:
-Oiga, no sea malo dénos un aventón.
-¿Hasta donde van? preguntó el tipo del auto.
-¡Por Netzhualcoyotl!
-Si que están lejos, ¿y cuantos son?
-Somos siete agrego rápidamente Enrique
-La verdad voy a una fiesta y me voy a desviar mucho.
-Bueno, solo acérquenos un poco, dice Enrique. Porque no vienen a la fiesta conmigo y terminando, los llevo a sus casas
-Ya es tarde y andamos en las últimas.
-Bueno, súbanse.
Nos acomodamos como pudimos ya que el auto era muy pequeño, cinco atrás y dos adelante e iniciamos el movimiento. Ya sobre la marcha, el tipo insistió en su fiesta, pero la verdad nadie quería saber de esa fiesta y después de unos minutos de camino, el tipo detuvo su vehículo y nos dijo.
- Bueno, hasta aquí, los dejo.
- Un poco mas adelante señor, le dijo Enrique que iba adelante y a un lado de mí.
- Y que gano yo al llevarlos hasta sus casas.
- La verdad dinero no traemos, no sé como le podríamos pagar.
- Bueno, que les parece con cuerpo-matic.
- ¿Y que es eso? Preguntó otro amigo.
Si, no sean tontos. Soy gay y si alguien se deja tocar sus partes, continuamos con el aventón. Todos nos quedamos callados, no sabíamos qué decir, hasta que después de unos segundos, reaccionó Enrique y dijo: sale, yo me sacrifico pero que sea rápido, y en forma amenazante nos dijo a los demás, si alguien en la escuela se entera de esto, me los voy a chingar, cabrones. Todos nos quedamos callados.
El tipo arranco su auto y sobre la marcha comenzó a acariciar las piernas de Enrique, yo iba a un lado de él y no sé porqué pero no podía evitar mirar lo que el tipo intentaba hacer con mi amigo Kike, hasta que el tipo le dijo a Enrique, bueno, sacalo para verlo y acariciarlo.
Como pudo, Enrique se bajó el cierre de su pantalón y sacó su pija. Discretamente bajé mi vista para verlo y ahí estaba la pija de kike, un pedazo de carne y un poco flácido. Él tipo, sin dejar de conducir su vehículo, con una mano comenzó a jalarle y acariciarle el pene a kike, sólo pasaron unos segundos y este comenzó a crecer; kike respiraba en forma agitada y pasó un brazo por mi hombro. No sé porqué, pero no podía dejar de ver lo que el tipo hacia con mi amigo y eso me había calentado, mi pene comenzaba a ponerse duro, no sé si por estar viendo la masturbación que el tipo le estaba dando o por ver la verga de Kike, que en ese momento estaba completamente parado.
Volteaba a ver las calles por la ventanilla pero mi vista volvía a ver lo que le hacían a kike, vi su cara y tenia los ojos cerrados y su boca entreabierta, no sé, pero me dio la impresión de que lo estaba disfrutando.
De pronto, el tipo paró su vehículo y continuó su trabajo, todos estábamos en silencio, solamente la respiración un poco agitada de kike se escuchaba, hasta que el tipo interrumpió el silencio con un vente papito, que quiero ver tu leche, Kike seguía respirando en forma agitada, hasta que dejó escapar un grito, mi vista bajo inmediatamente a mirar el pene de Kike y alcancé a ver cómo arrojaba un chorro enorme de semen que caía sobre sus propias ropas. Yo, en ese momento estaba completamente caliente, el tipo continuo jalándole la verga y este reaccionó arrojando otro gran chorro de semen que fue a parar nuevamente en sus ropas. El tipo agregó: muy bien papito, si que estabas cargado. Sin más ni más el tipo le dio un trapo para que se limpiara y reinició su marcha.
Como pudo Kike se repuso, y el silencio siguió reinando en el auto, unos minutos mas tarde ya andábamos por Neza. Primero bajaron tres, más adelante bajaron otros dos y después sólo quedamos el tipo, Kike y yo. El problema era que yo no vivía por ese rumbo, mi casa quedaba hasta las orillas de Neza, un poco más retirado de ahí y Kike me pregunto:
- ¿Te quedas en mi casa y mañana te vas temprano?
- No se, la verdad nunca he faltado y mis jefes van a estar preocupados -le conteste. Rápidamente Kike le dijo al tipo:oye, ¿puedes llevar a mi amigo hasta la Perla?
- No, esta muy lejos -dijo el tipo.
- Sólo déjeme por la avenida Carmelo Pérez y de ahí a ver como me voy -agregue yo.
- Bueno, sale, pero nada más hasta la avenida.
- Bueno, yo me quedo aquí -dijo Kike que bajo del auto y se despidió de mí.
- Te cuidas, nos vemos el lunes en la escuela.
- Sale, hasta el lunes fue lo único que dije.
El tipo arrancó su auto y rápidamente me preguntó:- ¿De la avenida en donde vas a bajar, esta aún más retirada tu casa?
- Si, dije con voz nerviosa, cosa que el tipo noto y preguntó:- ¿Por qué estas nervioso?
- No se -fue lo único que alcance a decir. Pero la verdad era que él me estaba poniendo nervioso y más por lo que había visto minutos antes, aún sentía mi pantalón un poco de humedad. De pronto, el tipo estiro su mano y comenzó a acariciar mi pierna y dijo: tranquilo, no va a pasar nada, y siguió recorriendo mi pierna hasta que alcanzó mi pija por encima del pantalón.
Al sentir su mano en mi paquete, no sé porqué pero no dije nada, al contrario, comencé a sentir placer, mientras él seguía frotándome mi pene, esto hizo que poco a poco se pusiera erecto, hasta que el tipo dijo:- Te propongo una cosa, déjate masturbar y te llevo hasta tu casa, ¿cómo lo ves?
- No se, dije dudando. Pero lo que me estaba haciendo era demasiado para mí.
- Anímate, porque así como estas, no creo que aguantes más, estas bien caliente, vamos buscando un lugar tranquilo y lo hacemos.
- Bueno está bien, dije.
De inmediato el tipo buscó una calle oscura, al encontrarla, detuvo su vehículo, apagó las luces y el motor y volvió hacia mí, pensé que me iba a bajar el cierre de mi pantalón, pero no, se fue de inmediato a mi cinturón, lo desabrochó y comenzó a bajarme las pantalones y mi trusa quedando mi verga afuera. Al verlo, de inmediato lo tomó con una de sus manos y comenzó a jalármela, eso terminó por poner súper duro, después separó mis piernas y para mi sorpresa, el tipo se agachó, abrió su boca y se comió todo mi verga, sentí su boca tan caliente que fue realmente agradable, bajé la vista y vi cómo mi pene entraba y salía de su boca.
Mientras él seguía dándome tremenda mamada, una de sus manos comenzó a desabrochar los botones de mi camisa, al terminar, su mano continuó acariciando mi pecho hasta que encontró mis tetillas y continuó dándoles unos pequeños pellizcos. Al principio, hubo un poco de dolor pero después me comenzó a gustar, el tipo jaló una palanca del asiento y el respaldo cayó hacia atrás quedando yo casi acostado, lo único que hice fue aferrarme con ambas manos del asiento del auto.
Casi acostado sobre el asiento, veía como el tipo seguía mamándo mi verga y bajaba hasta mis huevos y los chupaba, después de eso, con su lengua comenzó a recorrer mis piernas y fue subiendo poco a poco hasta llegar a mi ombligo, ahí le dio unos pequeños besos, mientas una de sus manos seguía masturbándome lentamente. Su boca seguía recorriendo mi abdomen, eso hacia que mi piel se erizara, hasta que se detuvo en una de mis tetillas, la chupó y le dio unos cuantos mordiscos, eso me hizo arrancar un fuerte suspiro y comencé a respirar en forma agitada. Después se paso a la otra y lo mismo, incliné mi cabeza hacia atrás, mis músculos estaban tensos, de pronto su lengua recorrió mi cuello y el cosquilleo que sentí hizo que levantara mi cabeza, al hacerlo, me encontré frente a él, sentía su respiración agitada en mi cara y creo que él pudo percibir la mía. De pronto, su boca se pego a la mía, dándome un gran beso, eso me sorprendió por completo, quise separarme de él pero como casi estaba encima de mí no logré nada, hasta que fui cediendo a sus instintos. Con su lengua separó mis labios y sentí cómo su lengua jugaba dentro de mi boca.
No sé porqué pero no puse resistencia, la verdad, había besado a varias chicas pero ese beso fue muy diferente, tanto así que comencé a corresponderlo, después se separo de mí unos centímetros. Yo respiraba agitadamente, lo miré a los ojos y mi mirada bajó hasta labios, quise volver a besarlo pero me detuve y pensé: qué estoy haciendo? quiero seguir besando a este tipo, a un hombre?
Él me sacó de mis pensamientos y susurrando me dijo: quiero que te vengas papito, le contesté entrecortadamente: si?
Cerré mis ojos, me recosté en el asiento y él bajo lentamente hasta encontrar mi pija y se lo llevó a la boca, de inmediato sentí lo caliente se sus labios y comencé a sentir cómo entraba y salía de su boca, baje mi vista para ver cómo lo hacía. Sentí un poco de vergüenza pero el morbo me mantuvo ahí, viendo cómo un hombre me masturbaba con su boca.
En ese momento, mi pene estaba a punto de explotar gracias a un desconocido, ya que a pesar de mi edad y de vivir en una colonia muy popular, no había tenido relaciones sexuales, es más ni con una prostituta, sólo mi mano era mi consuelo. El tipo seguía tragándose mi pene, hasta que mis músculos comenzaron a tensarse y mi respiración se aceleró. Estire mis piernas y empecé a murmurar:noooo, ya no puedo, ya no puedo.
Dejé escapar un pequeño grito y sentí algo caliente que recorrió mi verga, al sentir eso, levanté mis caderas tratando de atravesar al tipo por su garganta y así tuve mi primera eyaculación con otra persona. Mi semen lo había depositado en la boca de ese hombre. Mientras él seguía mamándose mi pene, bajé mis caderas y nuevamente las levanté arrojando otro chorro de semen caliente, así hasta una tercera vez, mientras el tipo jamás dejo de mamarme la pija.
Unas gotas de sudor bajaban por mi frente, mi cuerpo quedo completamente relajado y mi respiración volvía a su normalidad lentamente, mientras que el tipo se reponía, me dio un trapo para que me limpiara pero fue poco lo que hice ya que mi pene estaba casi completamente limpio y pensé; se tragó todo mi semen este cabron? o dónde quedó? Con un poco de vergüenza, volteé a verlo y con su camisa se limpiaba la boca, ya repuesto me dijo: ¿tenias rato que no lo hacías verdad? Pensé que nunca ibas a terminar.
Sólo le conteste: si, algunos días. El tipo arrancó su vehículo y dijo: ¿Por donde voy?
Derecho, le contesté mientras me subía los pantalones. Durante el camino hubo un poco de silencio hasta que el tipo me preguntó:- ¿Te gustó lo que te hice?
- Creo que si -no sé, pero le había dicho la verdad.
- ¿Cuántas veces te lo habían hecho así?
Rápidamente pensé que si le decía que era la primera vez, se iba a burlar de mí y le contesté:- Con un hombre, nunca, con algunas mujeres si.
- Sabes, en buena onda, me gustó mucho. Quisiera que en otra ocasión nos podamos ver.
- No lo se, la verdad casi no salgo y por lo visto tu vives en el Distrito y estamos un poco retirados.
- Si estamos un poco retirados, pero si queremos lo podemos hacer.
- Tal vez fue lo único que le dije pero dentro de mi había algo que deseaba decir si, pero me contuve.
- ¿Cuántos años tienes? - Dieciocho ¿y tú?- Treinta, pero tú te ves muy bien, te me haces muy guapo.
-Gracias, le dije con una pequeña sonrisa nerviosa.
Al ver que estábamos cerca de mi casa le dije: creo que por aquí esta bien; él me pregunto: ¿por aquí vives?. Un poco mas adelante, le contesté.
El tipo paró su vehículo y una de sus manos tomó una de mis piernas y la recorrió hasta encontrar mi pequeño bulto, lo sujetó, lo frotó y dijo: espero que no sea la ultima vez que te vea. Mi pene comenzó a despertar nuevamente a las caricias de ese hombre, y le contesté: no sé cómo te llamas, ni como puedo localizarte.
Rápidamente el tipo soltó mi pene y buscó entre sus ropas su cartera, la encontró, sacó una tarjeta, me la entregó y me dijo: toma, ahí esta mi nombre, mi dirección y mi teléfono, cuando gustes llámame y nos podemos ver.
Tomé la tarjeta, no la leí y la metí en la bolsa de mi camisa y le dije:gracias, en la primera oportunidad te marcaré.
Bueno adiós, le tendí mi mano para despedirme y le di mi nombre: ¡Ramiro¡
Él me contestó el saludo y me dio su nombre: ¡Oscar! y me jalo hacia él y agregó: no te enojes y me dio otro beso, yo cerré mis ojos, abrí mi boca y lo recibí.
Duramos unos segundos así, mientras pensaba ¿Por qué lo estoy haciendo? Al mismo tiempo que lo estaba disfrutando, me despegué de él y le dije: hasta la próxima. Bajé del auto y me encamine a mi casa.
Ya en el interior de mi casa, vi que todos dormían y sin hacer ruido, me fui a mi pequeño cuarto, prendí la luz y leí la tarjeta: Arquitecto Oscar, Calle y Teléfono y pensé;¿Por qué he hecho todo esto?
Un hombre me había besado y no me enojé, al contrario, había sentido cierto placer y me había gustado la gran mamada que me había dado, pero en mi mente aparecía, pero es un hombre igual que yo, ¿qué está pasando? Seguí dándole vuelta al asunto hasta que me quedé dormido.
El lunes en la escuela, sentía que todos me miraban y sabían lo que había hecho la madrugada del sábado, pero eran puras alucinaciones mías, más tarde me encontré a Kike, me saludó y me preguntó: llegaste bien el sábado a tu casa? Y pensé rápidamente, nadie tiene que saber lo que pasó con ese tipo, y sólo le contesté: si, tarde pero llegué. Kike agregó: me hubiera gustado acompañarte para ver que más sabía hacer ese buey. Cuando dijo eso, me puse un poco nervioso y le dije: y qué más querías que te hiciera, si te dio una buena jalada?
Kike dijo: si verdad, pero bueno, mejor en otra ocasión platicamos de eso. Yo quedé un poco intrigado y le dije: cuéntame, somos amigos, Kike me dijo: si, eres mi mejor amigo, pero no sé cómo puedas reaccionar con este secreto que tengo.
¿Secreto? pregunté yo y agregué: bueno, cuando quieras me lo puedes contar.
Kike dijo: si, te lo contaré pero será otro día y con más calma.
Bueno, esta bien dije y seguimos nuestras vidas.
Bueno, la verdad después de esa noche no tenia tranquilidad, ya que a cada momento recordaba todo lo que había pasado con Oscar, me encerraba en mi cuarto y comenzaba a acariciar mi cuerpo y terminaba masturbándome, imaginando que era Oscar quien me lo hacia y lo peor de todo era recordar ese beso tan caliente que me había dado, pero mi mente daba otro giro y decía como puedo estar pensando en él si es un hombre igual que yo, no puede ser que esa persona me tenga así, veía su tarjeta y me decía a si mismo: y si le hablo haber que pasa y después me arrepentía y terminaba por dormirme.
Pero cierto día en la escuela llegó Kike y me dijo: Oye, vas a ir a la fiesta este viernes.
-En donde la van hacer? pregunté rápidamente.-
Por mi colonia,agrego Kike. Por qué
-No nada más preguntaba le conteste, pero pensé y si en lugar de ir a la fiesta le hablo a Oscar, para ver si nos podemos ver, si eso es lo que voy hacer, pido permiso para ir a la fiesta y me encuentro con Oscar. La idea me había motivado y comencé a hacer planes rápidamente y ese día saliendo de la escuela me despedí de mis amigos y en lugar de tomar el colectivo para mi casa me fui caminado para buscar un teléfono público, después de unas cuadras encontré uno, saqué la tarjeta de Oscar, deposité una moneda y marqué, sentía cierto nerviosismo, el timbre sonaba y nada, colgué y pensé a la mejor marque mal, marque nuevamente y otra vez nada, una tercera vez y nada y procedí a retirarme, camine con dirección a mi casa iba un poco desilusionado y pensaba, fue puro cuento, no existe ese teléfono. Y otra cosa vino a mi mente y si esta trabajando, si, eso ha de ser, le marcaré en la noche y así con mil cosas en la cabeza llegué a mi casa y esperé hasta la noche.
Llegó la noche y con pretexto de ir comprar algo salí, caminé unas cuadras hasta encontrar un teléfono, saqué la tarjeta una moneda y marqué; en ese momento comencé a sudar y mi corazón palpitaba aceleradamente, sonó el timbre y el nerviosismo hizo que colgara y pensé, ¿Qué estas haciendo? ¿Estas seguro de lo que vas a hacer? Respire profundamente y marqué nuevamente; el timbre comenzó a sonar, hasta que entró la llamada y comenzó la comunicación.
- ¿Bueno?
- Buenas noches, ¿Oscar?
- Si, ¿Quién habla?
- Este, no sé si me recuerdes, soy el chico que hace unos días le distes un aventón.
- Claro que si, ¿Cómo has estado?, pensé que nunca llamarías, pero dime ¿qué pasa?, ¿se te ofrece algo?
- Sabes, te marqué para ver si nos podíamos ver? mi voz sentía que temblaba.
- Claro que si, ¿pero ahora mismo?
- No, hasta el viernes, mis amigos organizaran una fiesta ese día y en lugar de ir a ella, estoy viendo la manera de si nos podemos ver.
- Claro que si, no sé si puedes llegar hasta el metro Balbuena.
- Si, si puedo ¿a qué hora?
- Te parece a las ocho de la noche.
- Sale a las ocho en Balbuena, adiós. y colgué sin mas ni mas, en ese momento me sentía alegre.
Los días pasaron hasta que llegó el viernes, con pretexto de ir a la fiesta con mis amigos salí y minutos antes de la ocho de la noche ya estaba en el lugar donde habíamos quedado de acuerdo, pasaron unos minutos que se me hicieron inmensos, hasta que de pronto apareció el auto de Oscar, mi corazón se aceleró de inmediato y pensé rápidamente: bueno que me de una buena mamada hasta que me venga y listo, tal vez pueda regresar a la fiesta ¿y si me besa? no importa, es parte del juego, si, así será.
El auto se detuvo y abrió la puerta, yo me acerqué a él, hasta que oí su voz nuevamente, no sé por que pero estaba nervioso.
- Hola que tal, sube.
- Hola buenas noches, y subí al auto que de inmediato arrancó.
- Que tal ¿Cómo has estado?
- Bien, gracias
- Sabes, es muy temprano y hay mucha gente, no creo que se pueda hacer algo aquí.
- Si, vi a todos lados y era verdad, gente por donde quiera.
- Y he pensado de porque no mejor nos vamos a mi casa, ahí estaremos mas tranquilo ¿Cómo ves?
-La verdad no sabia ni que decir, eso aumento mi nerviosismo.
- No te preocupes, vivo solo y creo que si tu quieres, no la podemos pasar mucho mejor.
- Bueno esta bien fue todo lo que dije y pensé: el que busca encuentra.
De camino a su casa dio una vuelta por aquí, otra por allá y en unos minutos llegamos a una casa, detuvo su vehículo, y me dijo: permíteme; ahora regreso.
Bajó del auto abrió el portón de su casa y regresó, arrancó su auto y lo metió, bajó nuevamente cerró el portón y hasta que llegó del lado de mi puerta, la abrió, me dio la mano y me dijo: Ven sal del auto, sentía que mis piernas temblaban, mientras el me fue guiando, era mas alto que yo, de una espalda enorme y robusto, nada parecido a mi y es que la verdad yo era muy delgado aunque yo media 1.70 de estatura, él me pasaba. Soltó mi mano, abrió la puerta de su casa y me dijo:- Adelante, estás en tu casa.
- Gracias, camine unos pasos con nerviosismo.
- Tranquilo que no como, bueno, como pero de otra manera, colocó su mano en mi hombro y me guió hasta la sala donde me senté en un sillón
- ¿Quieres tomar, cerveza o algún vino?
- Cerveza, al momento en el que él se alejaba y regresaba con unas cervezas.
- Toma, me dio mi cerveza y se sentó a mi lado
- Mira, estamos solos y como te lo dije, si tu quieres no la podemos pasar de maravilla, ¿Cómo ves?
- Si, claro que si. Mientras le daba un largo trago a mi cerveza, el nerviosismo seguía en mi.
- Si me hablaste, fue por que te gustó lo que hicimos esa noche ¿verdad?
- Si, la verdad me gustó y, ya no me dejó hablar.
- Bueno pues disfrutemos.
Me quitó mi cerveza de la mano y la dejo en una mesita, regreso conmigo, unas de sus manos me tomó de la barbilla y me volteó hacia él, nos miramos a los ojos y me dijo: me gustas, yo por mi lado no podía evitar mi nerviosismos y comencé a respirar aceleradamente, hasta que su boca se unió a la mía, abrí mi boca y comenzamos un beso muy ardiente el sabor a cerveza llegó a mi paladar, mientras su lengua entraba y salía de mi boca, de nuevo comenzaba a disfrutar de esos besos, sin desprendernos nos pusimos de pie, yo levante un poco mi cabeza y él se agachó un poco pero seguimos besándonos, mi corazón latía a mil y mi pene había despertado comenzaba a ponerse duro, separó sus labios de los míos y rápidamente se quitó su playera y después me quitó la mía, y volvimos a besarnos, nuestros cuerpos se juntaron y comencé a sentir su piel junto a la mía, tomó mis manos y las guió hasta sus pectorales, las subió y las bajó, quería que lo acariciara y así lo hice, comencé a sentir los músculos de su pecho y de su abdomen, mientras el pasaba sus manos por mi espalda, por mis nalgas, por mis piernas, hasta que una de sus manos comenzó a acariciar mi verga por encima del pantalón, me lo apretaba, lo jalaba, ahora si estaba completamente caliente y mi pija estaba completamente tieso.
Después de ese gran beso, Oscar comenzó a descender poco a poco recorriendo mi cuerpo con su boca hasta que quedo hincado frente a mi, su cara estaba casi enfrente de mi pinga, rápidamente comenzó a desabrochar el cinturón de mi pantalón, bajó el cierre y de un solo jalón bajó mi pantalón junto a mi trusa, quedando mi verga al descubierto, Oscar lo tomo con unas de sus manos, lo observó por unos segundos y en un segundo se lo trago dándole una gran mamada que hizo que dejara escapar un gran suspiro y nuevamente sentí lo caliente de su boca y así comenzó a entrar y salir de su boca, había momentos que lo sacaba por completo y buscaba mis testículos e igual les daba una gran mamada y volvía a tragarse mi pija, mientras sus manos recorrían mi cuerpo, mis piernas y mis nalgas las cuales las apretaba con fuerza y al contrario de sentir vergüenza por eso, sentía cierto placer.
Así continúo por varios minutos, dándome una rica mamada, hasta que llegó un momento que comenzó a quitarse su pantalón, ahora él quedaba solo con su trusa. Se desprendió de mi y se puso de pie me abrazo y me beso, pero al mismo tiempo sentí un enorme bulto que tocaba mi bajo vientre, como pude me separe un poco de él y me agaché para poder observar y noté un enorme bulto, solo lo cubría su trusa, levante mi cara y continué besándolo, pero dentro de mi entró una curiosidad enorme por ver como era su verga, mientras el seguía repagándomelo en mi vientre, hasta que no sé como pero de repente me volteó quedando pegada mi espalda a su pecho.
En esa posición unas de sus manos tomo mi pija y comenzó a masturbarme y con la con la otra mano acariciaba mi cuerpo, mientras su boca recorría mi cuello, mi espalda ocasionando que mi piel constantemente se erizara, hasta que nuevamente sentí su enorme bulto que rozaba mis nalgas, en un momento pens, -¿Qué estoy haciendo? Pero era tanta mi excitación que segundos mas tarde me dejé llevar por el placer y después al darme cuenta era yo quien restregaba mis nalgas contra ese bulto que a cada segundo que pasaba sentía que aumentaba de tamaño, fue tanta mi calentura que arroje mis brazos hacia atrás para abrazarlo y pegarlo mas a mi cuerpo, acariciando con mis manos sus grandes y duras nalgas y haciendo presión contra mi cuerpo.
De pronto mis manos tomaron su trusa y en forma consciente o inconscientemente comencé a bajarla hasta que cayeron al suelo. Ahora si los dos estábamos completamente desnudos y pasamos a otra parte del juego donde su pija rozaba directamente mis nalgas y nuevamente un dejo de arrepentimiento vino a mi mente y pensé ¿Qué diablos estoy haciendo?
Pero igual, me olvidé y continué disfrutando de mi primer contacto homosexual más directo y real; y me deje llevar nuevamente, separé mis piernas ya que cuando él se agachaba sentía que su pija quedaba en medio de mis piernas y después lo iba subiendo lentamente y empujando contra mis nalgas como si quisiera penetrarme, sin conseguir nada, mientras sus manos seguían su rico trabajo de masturbarme y acariciar mi cuerpo, hasta que llego ese rico y placentero momento.
Sentir su cuerpo pegado al mío, así como sus manos acariciar y recorrer mi cuerpo y su pija pasármelo por mis nalgas era algo excitante que tenia que terminar por hacerme venir y como pude con mi respiración toda agitada dije: ¡Ya no aguanto, siento que ya me voy a venir¡ Oscar al escuchar esto, me volteó rápidamente, mientras él se ponía de rodillas y no dejando pasar ni un segundo se llevó mi pija a su boca y comenzó a darle una rica mamada, eso fue suficiente para que sintiera algo caliente recorrer mi pene, era un chorro de semen que brotaba y caía en la boca de Oscar, mientras él seguía mamando, lo tomé de la cabeza y comencé a mover mis caderas sacando y metiendo mi pinga de su boca en forma lenta , disfrutando de ese momento, hasta que otro gran chorro salió, me quedé quieto por unos segundos mientras que Oscar seguía me exprimiendo, ya no aguanté di unos pasos hacia atrás y me deje caer en un sillón, cerré mis ojos mientras trataba de normalizar mi respiración.
De pronto escuche mi nombre, ¡Ramiro¡ y eso hizo que abriera mis ojos y me sentara en forma correcta y para mi gran sorpresa él estaba parado frente a mi a escasos dos metros y completamente desnudo, lo vi a la cara pero mi vista rápidamente lo barrio de arriba abajo y se detuvo en su pija que en ese momento estaba completamente erecto, Oscar siguió hablando y dijo: -¿Te gustó lo que hicimos?, moviendo mi cabeza en forma afirmativa le dije.
-Si, si me gusto sin dejar de mirar su cuerpo y volver a detener mi vista en su verga.
Rápidamente vi sus grandes músculos de su tronco y sus piernas, era completamente lampiño y en el centro de su cuerpo y en medio de un enjambre negro, estaba su pija completamente erecto y apuntando hacia mi (que a decir verdad era más grande que el mío) y sus testículos colgando en medio de sus piernas.
Oscar dio unos pasos y se paró frente a mí, a escasos centímetros, ahora su verga estaba frente a mi cara y ya no pude disimular, mi vista se quedó clavado en él, si que era grande, su glande estaba como morado pero brillaba un poco por la luz, Oscar la meneo frente a mí y me pregunto: - ¿Te gusta?
-volteé a ver su cara y no supe que decir, Oscar puso unas de sus manos en mi hombro y dijo.- Tómalo, es todo tuyo
-Moví mi cabeza en forma negativa como diciéndole no, pero esa no era mi respuesta que quería dar, si movía mi cabeza en forma negativa, era para decir no puedo creer lo que estoy viendo.
- Vamos acaríciala, dijimos que íbamos a disfrutar de esta noche
-No sé que diablos pasó nuevamente que levante mi mano y tomé su pija, estaba completamente duro, era mi primera vez que tocaba la pija de otro hombre.
- Que rica manita, y moviendo sus caderas al frente y atrás mi mano recorrió su verga hasta que atine a decir unas cuantas palabras.
- Si que está grande y bien dura.
- Así es, mira como la pusiste.
- ¿Yo? Pregunté ingenuamente.
- Si, cuando te la pase por tus nalgas me excitaste demasiado y mira como la has dejado, ahora espero tengas el remedio para bajarme esta calentura.
- ¿Y cómo lo voy hacer?- Así como estas, moviendo tu manita y después otras cositas, me dijo.
Era cierto, sin darme cuenta mi mano había comenzado a masturbar la pinga de Oscar y así continué por varios minutos, hasta que Oscar me puso de pie frente a él y me besó, no se por que, pero con eso me desarmaba, después de un gran beso se separó de mi, tomó mi cabeza y la guió por su cuerpo, yo seguí besando sus pectorales su abdomen y así hasta que con la ayuda de sus manos me agachó y quede hincado frente a su pija, Oscar comenzó a menear sus caderas y esto hizo que tocara mi cara, hasta que la tomó con su mano y busco mi boca y yo un poco temeroso la abrí y sentí ese trozo de carne en mi boca, de inmediato Oscar dio un gran suspiro de placer que me excitó y continué con el juego, ahora las caderas de Oscar iban y venían y su pija entraba y salía de mi boca, obvio que no podía tragármela toda, pero no se porque pero comencé a disfrutar de ello.
No sé cuanto tiempo estuve mamando a Oscar, hasta que nos acostamos en la alfombra, yo quede debajo de él y de inmediato comenzó a besarme hasta que llego a mi pija, se lo tragó, una buena mamada y después mis testículos, pero poco a poco fue bajando su lengua, llegaba mas abajo de mis testículos y subía hasta la punta de mi verga, separo mis piernas e hizo que las flexionara, quedando mis piernas pegadas a mi pecho, entonces sentí recorrer toda su lengua en mi ano al principio quise oponerme, pero él me sujeto un poco más fuerte mis piernas y yo quedé inmóvil, en ese momento mi cuerpo comenzó a sentir nuevas sensaciones hasta llegar a sentir que su lengua quería entrar a mi culito, aun hasta ese momento virgen, pero todo eso era suficiente para que yo suspirara y mi piel temblara de cierto placer.
Después de estar sintiendo como su lengua recorría mi ano, subía a mis testículos y luego se tragaba mi verga por varios minutos, Oscar se desplazó hasta alcanzar mi boca, quedando encima de mi y yo con mis piernas abiertas, comencé a sentir como su pija jugaba en mis nalgas y mi agujero cerrado, como si quisiera entrar a ese rincón de mi cuerpo, no sé por que, pero al sentir eso, yo separaba más mis piernas y levantaba más mis nalgas esperando que fuera penetrado en ese momento. Hasta que Oscar cambio de posición, seguía encima de mi pero había girado y su enorme verga ahora lo tenia enfrente de mi, mientras el seguía dándome tremendos lengüetazos en mi ano, al ver tan cerca de mi la pija de Oscar no dudé y levantando un poco mi cabeza me lo llevé a la boca y comencé a darle unas pequeñas mamadas, fue el momento en que escuche Oscar decía: -Muy bien, que rica boquita
Al escuchar esto abrí más mi boca y comencé a darle unas enormes mamadas a ese duro pedazo de carne, la poca vergüenza que había tenido, en ese momento desapareció por completo. En esa posición no duramos mucho tiempo, ya que de repente Oscar giró su cuerpo e invertimos nuestras posiciones, ahora era yo quien estaba encima de él. Ahí fue mas fácil para Oscar ya que mis piernas estaban abiertas y lo único que hizo fue separar mis nalgas con sus manos y volver con su rico trabajo, mientras yo jalaba su gran verga, pasaron cinco o seis minutos hasta que Oscar se arrastró por debajo de mi y quedo hincado detrás de mi, inmediatamente sentí su su verga en mis nalgas, abrazó mi cuerpo y se acercó hasta mi oído y susurrando dijo.-Quiero estrenar tu culito papito.
Al escuchar eso, solo le dije.
-Si, ya no podía aguantar más
-Al escuchar el si, Oscar se levantó y con paso apresurado se dirigió a otro cuarto, eso me sorprendió y le dije: -¿A dónde vas?
-Permíteme.
En pocos segundos nuevamente estaba atrás de mi, había ido a traer una frasco de crema, inmediatamente me empinó y mis nalgas quedaron a placer suyo que sin perder más tiempo me las comenzó a besar hasta que las separó y sentí su lengua en mi culo, así continuo por unos minutos, pero cuando separaba mis nalgas con sus manos, sentía que sus dedos pulgares querían entrar a mi aun apretado ano, hasta que Oscar me dijo: -Tranquilo, afloja tu cuerpo y relájate que apenas estamos empezando. Así era, eso solo era el comienzo de esa noche y de muchas más. De repente empecé a sentir algo fresco, era la crema que comenzaba a ponerme en mi agujero, después de eso unos de sus dedos comenzó a hacer presión sobre mi, hasta que logró su objetivo, tal vez había sido la gran cantidad de crema o lo excitado que estaba que no sentí mucho dolor, Oscar continuo sacando y metiendo su dedo en mi culito, como si quisiera aumentar su tamaño, hasta que Oscar dijo: -Creo que ya estas listo para recibir mi garrote.
De inmediato sentí como la verga comenzó a rozar mis nalgas y voltee para ver que pasaba y alcance a ver como Oscar meneaba sus caderas y por ende su enorme pija daba pequeños golpeas a mis nalgas, voltee mi vista al frente y metí mi cabeza entre mis brazos, me mordí mis labios y espere su primera envestida al mismo tiempo que pensaba. Pero que diablos haces aquí y empinado. Pero también mi cuerpo pedía algo de placer; hasta que llegó el momento en que sentí que su pija toco el centro de mi culo y comenzó a dar pequeños empujones sobre mi aun virgen culo, hasta que la cabeza de su verga entró, en ese momento reparé y un intenso dolor recorrió todo mi culito, Oscar de inmediato me afianzó y me sujetó más fuerte por mis caderas y así comencé a sentir como ese gran y duro pedazo de carne recorrió milímetro a milímetro mi interior.
Con un gran dolor que recorría todos los pequeños músculos de mi esfínter aun sentía como iba avanzando en mi interior, Oscar detuvo su movimiento aun no entraba toda y ahora lo sacaba, igual lentamente, así estuvo por varios segundos sin penetrarme completamente, pero eso era suficiente para sentir dolor pero al mismo tiempo sentía nuevas sensaciones, hasta que la saco casi por completo me sujeto fuertemente por mis caderas y dejó ir de un solo golpe todo se verga en el interior de mi culo, el dolor que sentí, hizo que gritara y la fuerza con que me empujó su trozo de carne hizo que cayera quedando tendido sobre la alfombra.
Oscar sin decir nada me levantó y quedé nuevamente empinado y reinicio su trabajo, su larga pija empezó a entrar y salir de mi adolorido ano, al principio lentamente pero como fueron pasando los segundo comenzó a acelerar su movimiento, llegó un momento en que sentía que algo golpeaban mis nalgas y así era, eran sus testículos que chocaban contra mis nalgas. Oscar seguía penetrándome en forma acelerada, aun sentía dolor, pero al mismo tiempo disfrutaba como el largo pene recorría todo mi culo, hasta que llego el momento en que me dijo: -Que rico hoyito tienes mi reina; eso, así muévete mas, mas rápido; Al escuchar eso me di cuenta de ello, en efecto era yo quien estaba moviendo mis caderas al frente y atrás, disfrutando de esa penetración, pero al mismo tiempo había dicho otra cosa: Reina? eso era yo para él, sus rápidas y duras envestidas que recibía de parte de Oscar hizo que me olvidara lo que me había dicho y seguí disfrutando de ese momento.
Mientras Oscar seguía penetrándome, sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo, sus manos tocaban mi espalda, mis hombros y apretaban mis pechos, sobre todo mis pequeños pezones, hasta que una de sus manos tomo mi pija y comenzó a masturbarme mientras que su verga seguía entrando y saliendo de mi agujerito en forma rítmica, su mano acelero su movimiento y yo ya no pude aguantar más y un tremendo chorro de semen salió de mi, llenando la mano de Oscar, contraje los músculos de mi abdomen para arrojar otro chorro de semen, momento que no paso por inadvertido por Oscar que de inmediato dijo: -Eso, así mi reina, apriétalo mas.
Así era, cada que contraía mis músculos de mi abdomen, también contraía los músculos de mi ano, inconscientemente le estaba dando un buen momento de placer a Oscar. Mientras yo apretaba los músculos de mi culo, Oscar seguía remetiendo con su gran pija, sentía que mis piernas temblaban, nuevamente me tomó de las caderas y aceleró su movimiento; su gran trozo de carne dura, entraba y salía de mi cuerpo, por momentos en forma acelerada, pero después bajaba su intensidad y lo hacia lentamente, así podía sentir como recorría todo el interior de mi culo hasta llegar al fondo y lo sacaba lentamente, así estuvo por varios segundos hasta que aceleró su movimiento y como si fuera una maquina no paraba, yo sentía dolor, pero el hecho de ser penetrado cambiaba todo. Después de unos minutos de de su acelerada penetración, el sudor comenzó a cubrir nuestros cuerpos Oscar comenzó a gritar como loco: -¡Ya no puedo!
Se detuvo por un momento, empujó hasta al fondo de mi culo y descargó su semen en mi, pensé diablos se esta viniendo dentro de mi, en mis entrañas sentía algo caliente, empecé a empujar mis nalgas hacia atrás y él entro y salió dos o tres veces y se detuvo, y otro gran chorro de semen dejo escapar, siguió moviendo sus caderas hasta que empecé a escuchar un ruido, algo extraño que se originaba por el pene de Oscar, mi culo y su semen que estaba descargando, el dolor existía pero eso ya ni me acordaba.
Después de que Oscar terminó se tendió en la alfombra, yo por un momento me sentí con vergüenza por todo lo que había pasado, volteé y mi vista recorrió su cuerpo y se detuvo en su pija donde una de sus manos lo acariciaba, me acerque a él con un poco de temor de ser rechazado, pero al contrario me abrazó y me pegó a su cuerpo, tomó unas de mis manos, la guió hasta su verga para que fuera yo quien lo acariciara, cosa que comencé a hacer con mucho gusto y así comenzamos otra sesión de sexo.
Esa, mi primera noche cambio mucho mi vida, nunca imaginé que todo esto podría pasar y que yo hubiera aceptado hacer todo esto, pero la verdad lo había disfrutado y así fue como comencé a disfrutar de este tipo de sexo.

lunes, 19 de septiembre de 2011

EN LA CARCEL

Por andar con unos amigos que conducían sin licencia y bebiendo, y sin tener nada que ver en el asunto, me vi llevado a la cárcel de un departamento del interior, gran temor se apoderó de mi por todo lo que cuentan que sucede en estos lugares, pero al llegar no tuvimos problemas, mis amigos lo eran de otros chicos que ya estaban allí, así que no tuvimos que pasar problemas…
Por la noche cuando nos encerraron en una barraca, escuché que varios de los que allí estaban, le decían a un chavito: “véndenos algo de caquita" y le insistían, algunos de ellos lo comenzaron a acariciar y a meterle mano, él se hacía de rogar, pero al fin convencido les dijo que si, pero que le arreglaran un lecho, solícitos le pusieron incluso almohadas para el vientre y él como si nada se bajó los pantalones, se acostó boca abajo, encumbró el culo y se abrió de nalgas, uno de ellos sacó una cajita de crema, se untó la verga y comenzó a darle por el ano. Un pequeño quejido fue toda su protesta y comenzó a mover las nalgas, al parecer ya tenía el agujero acostumbrado a esos placeres, los demás esperaban, pija en mano su turno para darle por el posadero y además disfrutaban del espectáculo.
Habíamos como 13 en esa sección del presidio, de estos 9 le fueron pasando y él como si nada, yo temeroso pues nunca había visto algo así, me abstuve, sin embargo estuve observando con curiosidad y deseo la cogida que le daban al chico y las vergas que este se tragaba, habían unas grandes y moradas, otras chatas y gordas, pero una que me impresionó era la de un moreno que le decían el negro, no la tenía tan grande, pero era como aplanada, cabezona y algo torcida hacia un lado, al final de la orgía vi y escuché como al chico le chapoteaba el ano con el ruidito característico del sexo y se le escurría el semen entre las nalgas, los que pasaron le dejaron varias monedas por el placer que les había dado, todo pasó sin más que las burlas a los que no quisimos pasar.
Al llegar la hora en que apagaban la luz todos nos dormíamos en el suelo, unos a la par de los otros y en cartones, después de algunos chistes y pláticas calientes todos nos fuimos durmiendo, a eso de las dos de la madrugada despierto un poco preocupado por el problema en que estaba metido, ya que nunca había estado en la cárcel, pero con una erección tremenda y recordando las escenas que había visto cuando le daban por hoyo al chavito, yo estaba durmiendo en medio del chofo y del negro, miré en la penumbra a mi alrededor y todos dormían, comencé a masturbarme lentamente mientras pensaba que sentiría en el culo el chico al que se cogían, seguí acariciándome la pinga y casi inconscientemente llevé mi otra mano hacia mi culo y comencé a sobarme las nalgas y la raya, sentí una comezoncita rica en el ano así que ensalivé mi dedo y empecé a introducírmelo. Sentí deliciosas cosquillas por lo que me lo fui metiendo más y más hasta que atravesé mi esfínter y sentí como apretaba mi dedo cuando yo lo contraía y después me metí otro y sentía rico, en un momento tenía el culito mojado y con ganas de meterme algo más grande, imaginé que así se siente en la verga cuando se coge un culo, recordé que él que estaba a mis espaldas a solo unos 40 centímetros de mis nalgas era el negro y estaba volteado hacia mí, ya caliente, descubrí mis nalgas y me ensalivé la raja, me arrastré hacia el negro, le levanté la cobija y en la penumbra vi que tenía los pantalones en las rodillas, y su verga colgaba flácida, pero aún así se veía enorme. Esto me calentó, comencé a acercarle mis nalgas, pero todavía pensé en arrepentirme, y lo hice un par de veces, pero una hora después ese deseo salvaje que se había apoderado de mí y la comezón que sentía en el ano me empujó, le pegué mis nalgas y al sentir lo suave de su pija aguada y lo caliente de sus huevos en mi raja, la tomé con mi mano y comencé a frotarme el glande entre mi raya y a moverme lentamente, fui sintiendo como su vergota se iba endureciendo sin que él despertara. Cuando ya la tenía bien erecta la ensalivé y me la coloqué en el centro de la cuevita y empecé a culear para que me entrara, él despertó sorprendido y dijo en voz alta, ¿que pasa?, yo le dije shhhh… y le roté las caderas ansiosamente, él entendió y me agarró por la cintura y comenzó a presionar en mi ano, era mi primera vez, y cuando sentí que iba entrando, casi me arrepiento pues sentí extraño y doloroso, pero ya era tarde, él me pegó un jalón y me la metió toda hasta romperme el culo. Quise gritar pues me dolió bastante, pero me aguanté, él tampoco quiso hacer mucha bulla por lo que me la dejó ensartada sin moverse mientras me pasaba el dolor, luego me cogió suave y despacio hasta que mi canal se ensanchó y entonces sentí el placer de su glande entrando y saliendo abriendo mi esfínter, y masajeando mi próstata, por fin quedamente los dos nos vinimos deliciosamente y quedamos dormidos.
Al amanecer cuando despertamos aún los demás dormían y el negro me jaló hacia él y me penetró de nuevo, me dolió bastante pues lo tenía irritado por la rotura, pero sentí rico estaba acelerando la cogida cuando oímos voces de que estaban despertando los demás por lo que la sacó de golpe y nos hicimos los dormidos, el resto del día pasamos con una calentura queriendo terminar lo empezado, platicamos y me dijo que era la sorpresa más rica que había tenido y que era la primera vez que desvirgaba un trasero y que quería que fuera solo de él, por eso no lo contaríamos a los demás, sería nuestro secreto. Le dije que desde que había visto su verga me había gustado y que era la primera vez que me taqueaban por el chiquito, por lo que le pedía también que no lo contara, a la hora del baño me invitó a bañarme, allí nos toqueteamos un poco, pero tampoco se podía, sin embargo en un momento que quedamos solos y cuando estaba bien enjabonado aprovechó para darme un par de puyones los que nos acrecentaron las calenturas. Esa noche tuvimos que esperar a que todos durmieran, entonces de nuevo le presenté mis nalgas al ansioso negro que de inmediato comenzó a trabarme, sin hacer mucho ruido me colocó boca abajo y me dio una deliciosa cogida, al amanecer desperté sorprendido y con un dolor en el ano, era la verga del negro que me había ensartado casi de golpe, me zafé pues me sentí incómodo y mientras me pasaba el dolor comencé a acariciársela y a darle una chupada que casi acaba en mi boca, a eso ya mi culo estaba listo y me le senté encima y en unas cuantas culeadas sentí su leche correrme por la raya, y así siempre en silencio y escondidas estuvimos cogiendo varios días, otra de esas noches de nuevo los muchachos le comenzaron a pedir caquita al chavo y se armó la cogedera esta vez me dije si a mí ya me dieron voy a probar y también hice fila para pasar, el chico tenía un culo bien rico y me di una gran acabada, el negro no pasó, pues sabía que tenía mis nalgas para el solito.
Esa noche me cogió de lado y cuando estábamos en lo mejor siento que el Chofo se me acerca a la cara y me dice quedamente: “cuando ya tengas bien mojado el hoyito me lo pasas para acá”, el negro creo que no se dio cuenta o se hizo el loco y se dio una acabada de caballo que me dejó todas mojadas y chorreando las nalgas y acto seguido se durmió, yo vacilé pues solo un hombre me había penetrado hasta ese día, así que esperé un momento, pero recordando la hermosa vergota que le había visto al Chofo, me voltee y comencé a retorcerme hacia donde él, poniéndole las cachas bien abiertas y mojaditas de semen como él las quería, él me esperaba con la verga bien parada y me la clavó de una estocada, que me sacó un pujido pues era más grande que la del negro, al principio casi no podía moverme pues sentía taponado el culo, pero él se encargó de ir aflojándome y en pocos minutos terminó y luego se dedicó a acariciarme y a meterme los dedos y untarme de semen las nalgas. Se me acercó e hizo lo que me faltaba, me comenzó a besar y besaba rico, se excitó de nuevo, yo me puse de nalgas para que me gozara y él me dio otra tremenda cogida. A partir de ese día recibí de dos a cuatro cogidas diarias pues habían días que se iban de a dos polvos cada uno, después de un mes de estar en la cárcel y de que me estaban dando pinga por el trasero este se me había abierto y mi esfínter adaptado a tragar esos deliciosos y gruesos troncos y ya casi no me dolía cuando me la metían, lo que yo disfrutaba.
Una tarde llegó la noticia que otro amigo y yo saldríamos libres al día siguiente, esa noche hubo cogedera con el chavo y cuando yo me lo estaba sembrando, se me acerca el negro por atrás y acariciándome las nalgas le dice a todos si a este culito también le gusta la verga y comenzó a dedearme y yo sentí riquísimo por lo que con desesperación le pedí que me penetrara, sin decir más me abrió las nalgas y me metió su morada tranca. Tuve una sensación nueva y los tres comenzamos a movernos, el Chofo que esperaba con la pija parada no aguantó y comenzó a darme por la boca, la sensación de estar sembrando al chavo y tener una verga en la cueva estimulando mi próstata hizo que tuviera un orgasmo fenomenal agotado por el mismo me quedé tendido boca abajo junto al chavo, situación que los demás aprovecharon emocionados ya que había culo nuevo donde meterla, me levantaron las nalgas me colocaron almohadas en la panza y en esa posición comenzaron a metérmela y a darme verga por el ano.
Había como tres pijas que me costó pasarme pues eran las más grandes y gruesas, pero al final terminé gozando, siete deliciosas pijas de varios tamaños, tuve que aguantarme esa noche, y con la cuarta tuve mi primer orgasmo anal, una cosa deliciosa y fue tal la sensación que acabé varias veces, eso no importó a los demás y siguieron dándome, después me dijeron que era la despedida. Fue una cantidad de sensaciones nuevas y emociones encontradas que me dejaron algo turbado, pero satisfecho, por la mañana el negro y el Chofo y otros tres me echaron mis polvos matutinos.
Resultó que el anuncio de libertad fue falso y todavía nos pasamos 20 días más, había pasado tres noches tranquilas salvo las cogidas del negro y el Chofo, y algún otro, yo seguía pensando en esos orgasmos que había tenido por el recto y recordarlos me sobre calentaba, me erizaba los pelos y una comezón incontenible me comía por dentro, a la siguiente noche cuando todos dormían comencé a pasar con cada uno de lo doce dándoles gusto con la pose que quisieran y de nuevo disfruté de varios orgasmos, al chavito lo dejé de último, también le di en las nalgas una mamada y después me lo cogí, fue delicioso. Tanto les gustaron mis grandes nalgas y mi apretado culo, que durante el día me buscaban para cogerme, entonces decidí complacerlos, si alguien tenía deseos bastaba que me lo dijera y en algún lugar medio oculto me bajaba el pantalón y los calzoncitos sexy que los chicos me regalaron, me agachaba con mis manos me abría las nalgas para dejárselas bien expuestas y me tragaba sus hermosos penes por el orificio anal, viendo que pronto saldría de ese lugar, y que en otro sería difícil encontrar tanto placer y tantos machos dispuestos a darme por el hoyo, me descoqué y por las noches cuando nomás nos encerraban, yo me desnudaba, los chicos me pedían que hiciera show pues les gustaban mis grandes y blancas nalgas, entonces bailaba, lubricaba bien mi hoyito y se las ofrecía a los que quisieran para que me las llenaran de espeso semen, esa noches se volvieron orgías pues terminábamos cogiendo en tríos, cuartetos y en posees raras, algunos ya emocionados también resultaron dando las nalgas. La última noche que estuve allí me pasaron los doce de la cuadra incluyendo el chavito y muchos se repitieron dejándome el culo hecho un charco de semen, al amanecer nueve de ellos me echaron el mañanero de despedida.
Esto sucedió hace muchos años, y fue allí donde conocí el sexo entre hombres, donde me desfloraron, es decir, me rompieron el ano, y sentí placer por el culo como nunca, a pesar que me gustó, después he llevado una vida casi heterosexual y lo he hecho por el ano muy ocasional y moderadamente, claro que me sigue gustando, pero nunca he vuelto a tener tanto placer y tantas vergas ansiosas de penetrarme y tanta leche saliéndome por la abertura anal, escurriéndome deliciosamente entre las nalgas y la piernas.

viernes, 16 de septiembre de 2011

EL GUARDIA

Era un día normal, me levanté con la misma rutina de siempre sin saber lo que ése día me aguardaba. Todo trascurría normal, el mismo trabajo, la misma plática, la misma gente; me dirigía hacia mi oficina cuando de repente se acerca una chica a mí, era la encargada de recursos humanos.
-Señor, tengo a la gente nueva para la entrevista.
Dentro de mí pensé, Por fin carne nueva. Pero casi nunca iba alguien que valiera la pena; pero me equivoqué. Llegué a la sala y mi sorpresa al instante fue un chico de aparentes 27 años; hermoso cuerpo y penetrantes ojos.
Mientras entrevistaba a otros candidatos para el puesto, mi atención y mirada era para una sola persona. Alfonso era su nombre, mi decepción al momento de la entrevista fue que al poner su mano sobre el escritorio vi un gran anillo dorado y grueso. No lo podía creer, era casado; y como sí se hubiera dado cuenta de todo, bajó rápidamente la mano.
Pasaron los días y fue contratado por mi caliente cabeza. No pensaba en otra cosa que no fuera en ése guardia; la sensación en mi cuerpo era indescriptible, sentía un cosquilleo en mi estomago. En mi mente sólo estaba la imagen de cómo sería estar sentado sobre él y exprimirle aquel paquete que prometía ser descomunal. En las tardes me encerraba en mi oficina y me masturbaba, recordaba mi pubertad al hacerlo; de cómo me masturbaba al ver al jardinero cortando el césped o al chofer que me llevaba al colegio. Caí en cuenta de que todas ésas personas que alguna vez me inspiraron una paja, serian mías.
Ya habían pasado tres meses y yo seguía cual colegial, instantáneamente se me ocurrió un plan que no podría fallar; solamente yo conozco los códigos de las alarmas en la empresa, así que pues al momento de cerrar solo están dos personas: un guardia y yo. Aproveché mi condición de jefe para modificar los horarios, los míos y los de él, de tal manera que él fuera la persona que cerraría conmigo. Llegó el tan esperado día, así la noche y con ella el momento de cerrar la tienda.
Al momento de preparar la alarma me equivoqué intencionalmente para que no pudiéramos salir. Le expliqué a Alfonso que ese error era grave y que teníamos dos opciones, la primera era pasar la noche en la tienda y esperar a que se botarán automáticamente los seguros, o que abriéramos y sonara la alarma y nos multara la empresa de seguridad. Así pues que yo estaba rogando a dios que eligiera la primera opción, y me dijo que si sin titubear. Mi corazón daba vuelcos por dentro, le dije siempre quise saber como era pasar la noche en un centro comercial; así pues dije vamos a dormir, pero antes vamos a apagar las cámaras del área de colchones y accedió, apagamos las cámaras y nos dirigimos las camas.
Sonó su celular y contestó.
-Bueno, si mi amor estoy en la tienda todavía. Me tengo que quedar toda la noche, si mi amor yo te marco en la mañana, adiós
-A eso se redujo la charla por teléfono.
-¿Es tu mujer?
-Si, esta de visita en casa de su mamá en Monterrey.
-Huy algo lejos comenté.
-Si.
Y se quedó callado, entonces aproveché.-¿Cómo le haces para aguantarte? Yo no podría pasar si quiera una noche sin coger, soltó una carcajada y sin más ni más se me aventó encima.
-Si verdad puto de mierda, por eso mismo desde aquel día no me quitabas la vista de encima. Crees que no me doy cuenta, te quedas viendo mi verga, pinche puto. Además, si fueras un poco más inteligente y en realidad hubieras revisado mi currículum en la entrevista, te hubieras dado cuenta que trabajé en la empresa de alarmas; la misma que cuida la tienda, por lo tanto sé que no cobran multa. Eh puto, eres una perra verdad.
No aguante más.-Si, y quiero ser tu perra, tu puto; no me interesa nada mas.
-Ah si, pues ahora vas a ver lo que es ser mi perra, me soltó una cachetada. Eso ya no me gustó, pero en cierto punto me excitó.
-Eso, es por puta.
Me aventó a la cama y se subió encima de mí. Se acercó y de un jalón rompió mi ropa; me llevaba la delantera. Me dio tremendo beso y sentí sus labios grandes y jugosos chocar con los míos, su lengua buscaba profanar mi boca. Comencé a arrancarle la camisa, los botones botaron a lo lejos, y como por arte de magia comenzó a llover; los relámpagos eran hermosos, un rayo cayó y oímos una explosión. No nos importó, puesto que en sí ni deberíamos de estar.
Hubo un corto en el suministro de energía eléctrica y estábamos totalmente a obscuras. Me monté en él, sentía como su verga quería romper su pantalón y penetrar mi culo con todo y ropa. Se movía como si ya estuviéramos cogiendo.
-Eres una puta verdad, ¿quieres que te coja? Y se desabrochó el pantalón.
Me bajé de él; le quité los zapatos, tenia unos pies enormes.
-Ojalá que todo lo tengas grande, le dije, mientras le lajaba sus pantalanes con todo y bóxer, quedé impactado.
Era la cosa mas grande que había visto, era como de película, descomunal. Ya no quería seguir, solo de pensar en el dolor me daba miedo; era más la calentura del momento, me hinqué a sus pies y bese sus dedos, las plantas de sus pies; él suspiraba nada más, seguí subiendo por las piernas hasta llegar a aquel paquete enorme, lo brinqué y subí a sus tetillas; las mordí lenta pero excitantemente hasta sentir como se excitaba; me bajó de la cama, me desabrochó el pantalón y me lo quitó.
-Ahora si vas a ser mí putita de oficina.
Le mamé la verga, no cabía en mi boca; la cabeza era enorme pero deliciosa, era tal como me lo había imaginado; tenia un cuerpo exquisito, enorme, unos marcados abdominales. Se la mamé como por 20 minutos, entonces empecé a sentir como aceleraba el ritmo.
-No, todavía no papá. Quiero que me la metas. Puso cara de sorprendido.
-Ya viste el tamaño.
-Sí, y para que no se creciera, le dije, he estado con más, no me dejó terminar la frase, cuando me golpeó con otra cachetada.
-Te dije que eres mí puta, no quiero oírte hablar de otros hombres. ¿Entendiste?
-Si
-Ahora mereces ser castigada, ven acuéstate en mis piernas.
Lo hice, era excitante y nuevo para mí. Me empezó a dar de nalgadas, sentía como su enorme mano chocaba sobre mis calientes y hambrientas nalgas.
-Eres niñita mala. Sentí como dejó de golpearme y empezó a abrir mis nalgas; sentí como su dedo entraba en mi ano, era rico. Dilató mi ano hasta que puedo meter 4 dedos, sentía que más ya no podría caber; sentía que ya estaba listo para albergar a aquella monstruosa verga peluda de 22 cm.
-Eres mi puta, así que vas a coger como tal. Me sentó encima de él y empecé a sentarme sobre su verga poco a poco; el dolor era inmenso, sentí como su cabeza entró y las lágrimas salieron de mis ojos. De un trancazo deje caer mi culo, dejando escapar un grito de dolor y excitación.
-Eres una puta bien hecha, me decía.
-Si papi, soy tu puta, tu ramera, lo cabalgué.
-Sí, así puta. Coge mi verga, cógela, acábala.
Era divino estar encima de él. Pasó un rato de tremenda cogida hasta que sentí el torrente de su leche dentro de mí; me besó y dijo.
-Eres lo máximo, me gustas. Me gustas de verdad, desde el primer día que te vi con tu culito paradito y redondito dando órdenes. Sabía que serías para mí putita; y te tengo una noticia, no soy casado, soy puto igual que tú. Me gusta la verga, eso hizo que me excitara en segundos.
Su verga ya estaba lista para más; me volteó, me recostó en la cama y alzó mis piernas a sus hombros, y sin sacar la verga de mi culito empezó a cogerme brutalmente. Sentía como su pija quería romper las paredes de mi interior, era única esa sensación; sus labios desaparecían en los míos, arremetía duro contra mi culo; en instantes mi verga se tensó y empezó a tirar leche.
Eso excitó más a Alfonso.
-Así puta, aprieta el culito. Gritaba como eufórico, mientras que yo seguía arrojando leche en todo mi pecho y estomago. Él se vino en seguida; esa noche cogimos 2 veces mas.
Al llegar la mañana me dijo.
-Sabes eres especial, coges como nadie; nunca había sentido tanto placer, casi todos huyen cuando ven mi enorme verga, y más cuando los empiezo a golpear.
Pero sabes, me dio un beso, no te volveré a golpear; a partir de hoy eres mi niño y te protegeré.