martes, 18 de enero de 2011

LOS DOS PRIMOS

En la actualidad soy profesor de una escuela secundaria que se encuentra en la ciudad de Guadalajara, en la asignatura de matemáticas, debo decirles que a veces es imposible resistir la tentación de tener contacto con jóvenes y más cuando éstos son los que lo buscan.
Hace algunos años (en 1995) llegaron a la escuela dos primos hermanos, procedentes de la costa del Estado de Michoacán, a cursar el último año de secundaria, desde un principio llamaron la atención, pues tenían una complexión física muy parecida, los dos eran muy altos, muy bien formados físicamente, atléticos, morenos, tirándole a negro, muy fuertes y agradables en su trato. Pronto se ganaron el aprecio de sus profesores y compañeros, tenían mucho atractivo entre las muchachas, y además eran muy alegres y bromistas, uno de ellos se llamaba Hermenegildo (desgraciadamente, falleció en un accidente) y el otro se llama Norberto.
El caso es que con el paso del tiempo, cada que entraba al salón donde estaban ellos, yo empecé a notar que ambos me miraban muy fijamente, no me perdían de vista, eran muy atentos, sin embargo en sus miradas había algo más que el simple interés con que se puede observar una clase, había mucho de sensualidad y deseo, otro detalle que me empezó a llamar la atención era que cuando sus compañeros estaban trabajando, uno o los dos se acercaban al escritorio, con sus cuadernos y con cualquier pretexto, por ejemplo pidiendo les aclarara alguna duda, y recargándose en la mesa, me mostraban por debajo del pantalón sus erecciones, que eran tremendas, aparentemente de manera accidental e inocente.
Ellos en sus pláticas jamás me daban a entender nada que no fueran los temas que de manera cotidiana veíamos en clase, sin embargo cuando me los encontraba en las canchas, los pasillos o en otros salones, se acercaban a mi, me saludaban muy correctos, muchas veces se ofrecían a ayudarme con las cosas, sobre todo cuando traía cuadernos o trabajos y siempre estaban a la expectativa para acompañarme por toda la escuela.
En diciembre del 95, cuando se realizó la posada, después de que terminó la fiesta escolar, los dos se quedaron conmigo a ayudarme a recoger la basura que había quedado en el salón, en ese momento estábamos solos en esa parte del edificio, así que la plática poco a poco fue encaminándose al sexo, preguntándome los dos muchachos cosas o pidiéndome consejo, cosa que traté de hacer no sin observar con nerviosismo, que ambos tenían una erección enorme que delataba unas vergas inmensas.
En enero había entre los muchachos una gran expectación, pues en un Casino muy famoso de Guadalajara, llamado Río Nilo, se iba a realizar un baile donde se presentarían algunos de los grupos y bandas más famosos del momento, platicando en el grupo donde estaban los muchachos, comenté que nunca había asistido a un baile de ese tipo y que me gustaría, cuando terminó la clase, Hermenegildo y Norberto me buscaron y me invitaron a acompañarlos al baile ellos se comprometían a conseguir los boletos y pasar por mí a mi casa y llevarme a la misma después del baile, después de mucha insistencia y con el permiso de sus padres (con quienes me llevo muy bien) accedí, quedando con los muchachos en una hora específica para que me recogieran.
El día del baile, los muchachos llegaron puntuales por mí al departamento donde vivía solo, nos fuimos al evento en una camioneta del padre de Norberto, yo en medio de los dos, pudiendo percibir la fragancia que ambos traían, ya en el baile, anduvieron conmigo por todos lados, me invitaron cervezas, hasta que me emborraché un poco, en un momento dado observé que en una de las tarimas tocaba un grupo que me agradaba y les comenté que me gustaría acercarme hasta el mismo para escucharlos.
Hermenegildo me tomó de un brazo y me introdujo entre la gente, cuando tuvimos problemas para avanzar se puso detrás de mi y tomándome de los hombros nos fuimos metiendo entre el público hasta que nos pusimos enfrente del grupo, entre tanta gente estábamos muy apretados, cuando de pronto siento entre mis nalgas, una verga enorme, que palpitaba contra mi culo, como si quisiera romper las telas que los separaban, era Hermenegildo, que sonriéndome empezó a moverse al ritmo de la música, al mismo tiempo que se restregaba contra mí, yo me sentía confundido, pues el muchacho era mi alumno (tenía en ese momento 18 años y yo iba sobre los 27) yo siempre me había impuesto la regla de no relacionarme con mis alumnos, sin embargo estaba feliz, pues tenía junto a mi a todo un hombre, que quería cogerme.
Cuando terminó la tanda y el grupo dejó de tocar, la gente se dispersó y Hermenegildo y yo regresamos a donde estaba Norberto, quien se encontraba platicando con otros muchachos de la escuela, quienes me saludaron con gusto, haciéndome bromas, el baile transcurrió de forma agradable, los muchachos disfrutándolo, atendiéndome en todo momento, poniendo a mi alcance una cerveza tras otra, hasta que aproximadamente a las 3:00 AM., sintiéndome completamente borracho, les pedí que me llevaran a mi departamento, a lo que accedieron gustosos, cuando nos íbamos vi que llegaron a una farmacia, donde Norberto bajó y compró varias cajitas de lo que parecían condones, para esto Hermenegildo quien se quedó conmigo en la camioneta me pasó el brazo por los hombros y me comenzó a decir lo que yo había significado para ellos, por toda la ayuda que les había brindado desde que llegaron.
Cuando llegamos al departamento, yo iba tomado así que no podía ensartar la llave a la chapa, para abrirlo, en el proceso sentí que alguien me tomaba por la cintura y me acercaba su verga, que ya estaba fuera del pantalón, era Norberto quien no pudiendo resistirse me empezó a tocar casi con desesperación, como pude abrí la puerta y cuando entramos los tres nos fundimos en un abrazo, besándome Hermenegildo de tal manera que casi me corta la respiración, debo decirles que nadie me había metido la lengua tan profundo como lo hizo Hermenegildo, yo estaba muy excitado y ya había perdido todos los escrúpulos, así que empecé a quitarles el pantalón a ambos muchachos, quienes me ayudaron y pronto los tres caímos completamente desnudos en la cama.
Cuando los vi quedé maravillado, tenía ante mi dos cuerpos fantásticos, morenos, limpios y lo más hermoso con dos tremendas vergas, prietas, largas, gruesas, jugosas, las que recibí gustoso en la boca, los muchachos estaban felices y a cual más intentaban que les brindara atención cosa que hice gustoso, metiéndome una verga y luego otra, además de chuparles los huevos, que sabían deliciosos.
De pronto Hermenegildo, que tenía la verga más larga (unos 23 centímetros) me acomodó con las nalgas hacia arriba y poniéndose un condón comenzó a masajearme el culo, mientras yo seguía mamando la verga de Norberto, me introdujo un dedo, el que movió rítmicamente, después me introdujo otro y haciendo fuerza con los dos, comenzó a distender mi culo, después empezó a besarme el culo, escupiendo en el orificio y abriéndolo más, cuando le pareció suficiente comenzó la tarea de meterme su verga, la cual recibí con verdadero deleite, mientras Norberto, con su verga de 21 centímetros, jadeaba de placer por la mamada que le estaba dando.
Pronto los tres estuvimos en tremenda faena, yo trataba de no gritar para no despertar a los vecinos, sin embargo era imposible, pues mis dos jóvenes amantes se estaban comportando maravillosamente bien, metiéndome ambas vergas hasta el fondo.
De pronto sentí que ambos comenzaron a moverse de manera frenética, y procedí a tragarme todos los chorros de leche que Norberto me echó en la boca, cuando Hermenegildo me sacó la verga del culo, yo con mucho cuidado le quité el condón y con fruición le lamí la verga hasta que quedó completamente limpia. Quedamos acostados en la cama, preguntándome Hermenegildo que me había parecido, yo les dije que fantástico, a lo que Norberto mencionó que eso sólo era el principio, pero que venían por más, que ya se habían aguantado mucho conmigo y que en realidad deseaban cogerme desde que me conocieron, pero que no se había podido, cosa que lamentamos todos.
A continuación Norberto me pidió que me pusiera de pie, cosa que hice y él, después de colocarse un condón, me comenzó a penetrar, tomándome por la cintura y embistiendo con toda la fuerza de sus 18 años, debo decirles que fue muy brusco, sin embargo lo disfruté plenamente, mientras Hermenegildo observaba la escena que se prolongó más de 20 minutos, cuando Norberto terminó, Hermenegildo se puso de pie de inmediato y procedió a ocupar el lugar de Norberto en mi culo, cogiéndome una vez más, de pie, mientras el otro primo observaba la escena.
A partir de ese momento la noche transcurrió rápidamente, los dos primos me montaron varias veces, hasta que mi cuerpo sació por completo su ímpetu, Norberto fue el más insistente con mi boca, puedo decirles que en más de una ocasión mi garganta pudo acomodarse a toda la extensión de su verga y se la tragó por completo, mientras que Hermenegildo estuvo entretenido con mi culo, el cual recibió sus atenciones varias veces, hasta que agotó casi por completo la ración de condones que habían llevado para el encuentro.
Al lunes siguiente, con calma, pude platicar con ambos, ellos me agradecieron las atenciones que les dispensé, me comentaron que en el rancho donde vivían, tenían pocas oportunidades de tener sexo por lo que experiencias como la que habían vivido conmigo eran maravillosas, me contaron que sus primeras relaciones habían sido con un maestro rural que vivió tres años en su comunidad y del cual tenían un hermoso recuerdo, por lo que vieron en mí al amigo que habían tenido.
Yo envidié desde luego al maestro que había tenido el placer de convivir con semejantes garañones durante tres años, sin embargo, a partir de ese momento y durante mucho tiempo esos dos jóvenes maravillosos además de apoyarme en todo lo que necesitaba, se encargaron de llenar mis necesidades de sexo, pues me brindaron sus vergas, todas las veces que fue necesario, a veces, era sólo Norberto, a veces sólo Hermenegildo, a veces, los dos, pero siempre, con la pasión y el deseo de dos jóvenes machos que veían en mí, al maestro (en todo) y al amigo que les iba a apoyar en sus necesidades...

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