sábado, 14 de enero de 2012

UN CHICO MUY CABRON Y CALIENTE

Que aventura tan divertida fue esa, era mi primera vez con un chavo pero para ser una nueva experiencia creo que salió súper rica.
Me llamo José Luis y vivo en la Ciudad de México, soy un chico normal como cualquier otro, no soy un niño bonito ni nada por el estilo, más bien un muchacho atractivo hasta cierto grado, de complexión regular porque no hago demasiado ejercicio que digamos, con cara de jovencito eso si pero nada más.
Estaba leyendo los clasificados gay de mi ciudad en una conocida pagina de este ambiente, hasta ahora no me había atrevido a nada pero este día (hoy hace una semana) vi uno que me llamo la atención de sobremanera.
Lo escribía un chico de aquí, del D.F., tenía 24 años (yo tengo 25), según el anuncio quería conocer chicos de su edad mas o menos y de complexión similar a la suya, publicaba una foto que me pareció muy sexy.
Al principio dude en responder al anuncio pero me decidí y así lo hice, eso fue un jueves en la noche, le decía que era un chavo común y corriente, sin mayores pretensiones y con mucha curiosidad por los gays, que solamente buscaba un encuentro y experimentar cosas, mi sorpresa fue recibir su respuesta el viernes por la mañana proponiéndome conocernos el Sábado siguiente lo cual acepte.
Llegue puntual a la cita, el lugar era una cafetería muy céntrica, nos reconocimos de inmediato porque habíamos hablado previamente por teléfono para ponernos de acuerdo, él se llama Ricardo, la verdad es que se veía mejor que en la foto, un joven de aprox. 1.75 de estatura, cabello ondulado y corto, ojos grandes, boquita coqueta con labios carnosos, su cuerpo se marcaba en su ropa pues estaba musculoso, no demasiado, más bien firme y de músculos trabajados pero sin exagerar, unas nalgas bien paradas y en su sitio y una cara de escuincle cabron que la verdad me encanto.
Nos saludamos y nos sentamos a platicar, fue una charla amena y simpática, me hablo de él, de su familia, de sus estudios universitarios y de que era de Guadalajara, otra ciudad de México y se había venido a estudiar aquí y que vivía solo.
Podría decir de nos estábamos haciendo amigos en la platica hasta que llego la hora de pedir la cuenta, pagamos y en el momento de salir del lugar Ricardo me agarro una nalga y me dijo que fuéramos a su departamento que estaba a dos calles de allí.
Sentí miedo pero también me subió la adrenalina, lo seguí. Legamos a un edificio de condominios, bien ubicado, bonito, estaba en el 3er. Piso su casa. Abrió la puerta y me invito a pasar, era un lugar agradable, estaba mirando la decoración cuando sentí sus dos manos agarrar mis nalgas, las apretó muy rico, eso me éxito mucho, después me tomo por la espalda y me sujeto la cintura, pego su cuerpo al mío y sentí como su verga estaba parada pues su pantalón lo traicionaba y dejaba notar su excitación.
Le pedí que fuera un poco más despacio pero me volteo y me dio un beso que hasta hoy añoro por lo intenso y cachondo que fue, creo que con eso me bajo la guardia porque lo siguiente que recuerdo es como me llevo a su cuarto, me desvistió poco a poco, besando mi pecho me quito la playera, mis pantalones, los zapatos y hasta los calcetines, mi bóxer fue lo único que quedo puesto, enseguida se levanto y se comenzó a desnudar frente a mi, primero se quito su playera y fue una revelación erótica, su pecho estaba completamente afeitado y mostraba unos pectorales realmente trabajados, un abdomen marcado y una cintura muy apetecible, siguió con sus pantalones que se quito muy rápido, su calzado lo aventó y se bajo su tanga, el cabron tenia una tanga blanca que lucia riquísima pero que se quito inmediatamente, se acerco a mi y me quito el bóxer son su boca, comenzó a lamer mi pecho y con sus manos recorría todo mi cuerpo, desde mi cuello hasta mis muslos, mis pompis las agarraba tan fuerte que me imaginaba lo que quería hacerles, me beso de nuevo y sentí su verga rozar contra la mía, la mía estaba excitada pero la suya parecía un fierro capaz de
atravesar lo que fuera, este niño caliente se excitaba muy rápido.
Se recostó junto a mi y me pidió que le mamara su verga, era un pene circuncidado, de buen grosor y aunque nunca he medido uno diría que era muy grande, no me cabía en la boca por lo que opte por mamarselo en partes, primero la punta, después el tronco de la verga y después la base del miembro, el gemía muy rico, creo que realmente lo disfrutaba, entonces le agarre sus huevos y se los apreté un poquito, gimió de dolor pero me pidió que no parara, seguía mamandosela y agarrando sus testículos tan rico que yo ya estaba lubricando con mi verga.
Se me ocurrió sentarme en su pecho para acercar mi verga a su boca pero fue un espantoso error, cuando me levante para dirigirme a su pecho, me sujeto y me jalo hacia él, inmediatamente caí directo sobre su verga, fue un dolor impresionante que jamás había sentido, yo esperaba que me untara algún gel o al menos saliva para penetrarme pero  me la dejo ir clavándomela torpe y dolorosamente, después de gritar por el dolor me sujeto la cintura con una mano y con la otra comenzó a masturbarme, el dolor se mitigo un poco y comenzó a mover su cadera para bombear, le pedí que se pusiera un condón pero me dijo que ya me había cogido y que lo que hiciera de nada serviría pues eso bastaba para contagiarme de lo que pudiera ser, me aseguro estar completamente sano y que jamás lo había hecho sin condón, siendo así las cosas cedí ante la excitación y deje que me follara como él quisiera.
Se canso de coger en esa posición y me saco su verga, me recostó boca abajo y se acostó encima de mi, esta vez me penetro un poco más despacio, mientras bombeaba y me la dejaba ir me decía al oído lo caliente que estaba, que era el culo más rico que se había tirado y que apretara más las nalgas para que sintiera más rico, lo obedecí en todo y mientras me cogía así fue disminuyendo sus embates poco a poco en cuanto a velocidad para hacerlos más fuertes y profundos cada vez, empujaba con su cadera y me metía toda su verga, sus huevos se estrellaban con mis nalgas y luego se retiraba un poco solo para volver a empujar con todo, no aguante más y comencé a venirme sobre sus sabanas pues mi verga estaba apretada debajo de mi y de él y empecé a eyacular, cuando casi terminaba yo Ricardo lanzo un gemido muy fuerte y rico y comenzó a venirse dentro de mi, sentí por primera vez el semen de un cabron en mis entrañas, no
creo que haya eyaculado tanto pero yo sentía como si fuera una inmensidad de esperma, caliente, muy caliente y abundante, termino de venirse y se quedo un
momento recostado encima de mi, dejo que su verga se pusiera flácida y saliera de mi poco a poco, se giro y se acostó de nuevo a mi lado, tomo sus cigarrillos y encendió uno, la clásica escena después del sexo, pero me pidió que le mamara su pene y se lo limpiara con mi boca, así lo hice, primero con asco porque sabia que me lo había metido en el culo, después con placer pues afortunadamente no tenia residuos de excremento ni nada por el estilo, había sido yo muy precavido el día antes de nuestro encuentro.
Eran casi las ocho de la noche y seguíamos platicando en su cama, creo que tenia un nuevo amigo y además de todo uno al que le gustaba coger rico, termine de admirar su hermoso y fornido cuerpo, era realmente un wey muy varonil y sabrosito y creo que yo le gustaba también porque no solo me había cogido como quería y dos veces casi seguidas sino que me acariciaba el cuerpo y lo hacia de una manera muy cachonda, me pidió quedarme a dormir pero no podía.
Nos despedimos no sin antes hacerme prometerle que regresaría el domingo y esta vez sería yo el que debía cogerlo, la idea de poseer tan hermosas nalgas me éxito mucho pero debía irme, nos dimos el ultimo beso de la noche y me acompaño a la calle, al alejarme caminando note que me dolía mucho el culo, no sangre por suerte pero me sentía adolorido, pero con ganas de volver mañana... y así lo hice.

No hay comentarios:

Publicar un comentario