viernes, 3 de diciembre de 2010

COGIENDO CON MI PADRASTRO

La relación entre mi padrastro y yo un nunca ha sido buena, solo educada, así que cuando mi madre me pidió como un favor especial que lo acompañara a un viaje de negocios al interior del país, tuve que aceptar, más por compromiso hacia ella que por cordialidad hacia él.
Carlos mi padrastro, mide 1.78 y pesa 75 kgs, es de contextura fuerte, a sus 54 años se conserva muy bien y tanto sus canas como sus grandes entradas, lo hacen muy atractivo a las mujeres. Yo, a los 24 años, mido 1.74 con 68 kgs. de peso, muy blanco y lampiño.
El viaje de 12 horas desde Caracas se me hizo interminable ya que nos deteníamos solo para poner gasolina y comer. Al llegar, lo único que quería era dormir. En el hotel nos asignaron una habitación con cama doble como única opción que había disponible.
Mientras bajé a tomar algo, él se bañó y se acostó, al regresar a la habitación la encontré a oscuras, solo con la luz de la TV. Sin hacer ruido me duché y regresé a acostarme a su lado, asumiendo que estaba dormido con la televisión encendida.
Estaba tan cansado que no tardé en dormirme, imagino que había pasado como 1 hora cuando sentí alguien sobre mí tratando de bajarme los shorts con los que dormía, al despabilarme me di cuenta que era Carlos que estaba ordenándome que hiciera silencio.
Lo único que atinaba a decirle es que se detuviera, que por favor yo no quería hacer nada y que solo quería dormir. Me miró a la cara y me dijo que lo complaciera o que le diría a todos, y sobre todo a mi madre, que había tratado de seducirlo, y que me atuviera a las consecuencias.
No me quedó otro remedio que ceder. Me desnudé y me ordenó servirlo como lo haría una puta, acto seguido me volteó y me escupió en el culo, a la vez que se echaba saliva en el pene, luego comenzó a penetrarme.
Al comienzo lo iba haciendo despacio, luego de un solo golpe introdujo su verga de 18cm y sentí que me partía en dos. Yo lloraba a medida que me cogía y mientras me pasaba el dolor, este era sustituido por una mezcla de placer con vergüenza e impotencia.
De repente me dijo al oído: " Basta de actuar como niño, quiero que me des placer siempre que lo desee". Estuvo cogiéndome como por 15 minutos, mi culo iba cediendo poco a poco, yo mismo me abría más para que su verga entrara a su placer, empecé a llevar su ritmo el cual iba aumentando en intensidad hasta que sentí su ardiente leche dentro de mí.
Me sentía perturbado y usado. No sabía que decir, pero él sí, me dio tres instrucciones precisas: Siempre tenía que estar a su disposición día y noche, no debía acabar sino cuando él me lo ordenara y por último no me debía acostar con más nadie.
Esa noche me cogió 3 veces más, su cuerpo masculino algo peludo y sudoroso sobre mi espalda me hizo sentir como su puta y que él me dominaría desde ahora…
A la mañana siguiente al despertarme, encontré una nota donde me ordenaba estar listo a las 9:00 AM para que lo acompañara a sus diligencias. Me levanté y me duché, con una sensación de que lo hacía todo por inercia. Bajé y desayuné, y me apresuré para estar en la habitación a la hora indicada.
Nos fuimos a visitar varios clientes. Durante el día apenas me cruzó palabra y más bien me trató fríamente, haciéndome sentir más culpable de lo que ya me sentía. Visitando al último cliente, este nos invitó a su casa a tomarnos unas cervezas.
José era un poco más joven (48 años) que mi padrastro, pero más fuerte, grueso y tosco, pesaría unos 95 Kg y mediría como 1,85, con un aspecto algo descuidado. Durante la reunión no hacía nada mas que mirarme, lo que me puso muy incómodo. Carlos se percató de las miradas que me hacía José y me pidió que buscase unas cervezas en la tienda de abajo, al regresar, estaban firmando el contrato. José se levantó y se fue a su habitación quedándome solo con mi padrastro. Se acercó a mí, me tomó por el brazo y me dijo: " El trato se cerró y eres parte de él, pasa al cuarto y complácelo como lo hiciste anoche conmigo, y es mejor que lo hagas correctamente si no, te arrepentirás."
Temblando y con los ojos llenos de lágrimas por la humillación, entré al cuarto. José ya estaba desnudo sobre la cama y me ordenó que hiciera lo mismo. Comenzó a besarme y me obligó a mamarle el pene, el que iba creciendo hasta los 22 cm. , pronto sentí que me ahogaba cuando empezó a cogerme con fuerza la boca, no había pasado mucho tiempo cuando sentí toneladas de leche en mi garganta y su voz ordenándome no dejar caer ni una sola gota.
Enseguida me ordenó que le acabara en el pecho y que lo limpiara con mi lengua. De repente me acordé de la orden de mi padrastro de no acabar hasta que él me lo permitiera y así se lo informé, su respuesta fue una cachetada, me tiró al lado, se levantó y se abalanzó sobre mí, gritándome: "Entonces ábrete para mí, puta", sentí como rompía el empaque del condón y se lo ponía, luego un dedo lubricado entró en mi culo, enseguida sentí el segundo y luego el tercero.
Yo tenia miedo de quejarme y de repente sacó sus dedos y me penetró de un solo empujón, lo que me hizo gritar y no dejar de hacerlo mientras duró toda la cogida, me obligó a sentarme sobre él, cabalgándolo hasta que acabó después de media hora de lagrimas y dolor, pero a la vez seguía sintiendo un placer casi incomprensible. Al sacar su verga solo me dijo "Puedes irte puta, nos vemos otro día y espero te portes mejor". Me vestí lo más rápido que pude temiendo otra reacción violenta y salí del cuarto.
Al verme, Carlos me ordenó que me lavara y me apresurara para irnos. No había terminado de entrar al baño cuando me haló y me tiro sobre el sofá y me dijo: "Ahora me toca a mí, no te resistas"
Enseguida comenzó a quitarme la ropa y me volteé para mi dueño, este me penetró sin ningún tipo de consideración y solo me decía que gritara como lo había hecho con José. Gritando de dolor y de placer sentí como mi cuerpo se entregaba completamente, y sin poderlo evitar estaba súper excitado sintiendo su arremetida.
El hecho de haber sido utilizado por otro parecía haberlo vuelto loco. El ritmo de su cogida era tan intenso que sus bolas pegaban fuertemente contra mí. Sentía que me venía sin tocarme. Le pedí por favor que necesitaba acabar y solo me dijo " Yo te digo cuando" no habían pasado ni dos minutos cuando me besó y me dijo al oído "Acaba, que yo también me vengo".
Exploté como nunca, solamente sintiendo como acababa dentro de mí. Se recostó sobre mí, sudoroso y satisfecho de saber que yo ya era suyo.
Desde ese viaje se convirtió en el dueño absoluto de mi cuerpo y siempre que desea estoy a su disposición. Por supuesto que nuestra relación en familia ha mejorado del todo.

2 comentarios:

  1. Macho, con un padrastro así, me hago maricón voluntario

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  2. es un viejo dejenerado yo lo cago a palos y lo mato

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