domingo, 13 de noviembre de 2011

DEBUTE EN CARNAVAL

 Soy Oscar, tengo 18 años, para carnavales se nos ocurrió con otro amigo depilarnos, conseguir vestidos de mujeres e ir al corso vestiditos de mujeres.
Una hermana de mi amigo nos prestó las bombachas muy chiquititas y los vestidos mini que apenas nos tapaban la cola.
Yo siempre tuve una cola parada muy apetecible por lo que en el corso era objeto de miradas y toqueteos.
Tantas miradas y toqueteos, tanto a mi como a mi amigo, Elio, nos calentó en gran forma. Estábamos ambos a punto de explotar por un hombre que nos diera felicidad.
Pero, la verguenza nos hacía retroceder ante cualquier proposición.
Decidimos a las 2 de la mañana marchar a casa para para masturbarnos y enfriarnos de esa manera.
Al llegar a pocos metros de la casa de Elio, unos obreros de construcción nos empezaron a decir cosas, sin darse cuenta que eramos nosotros. Nos hicieron pasar a la habitación que tenían, donde sólo había una mesa y dos camas.
Uno de ellos se abalanzó sobre Elio y de un tirón le arrancó el vestido. Le metió la lengua en la boca y dándolo vuelta, le arrancó la bombachita y lo tiró sobre la cama empezando una dolorosa penetración.
El otro me reconoció, fue mucho más suave, empezó a acariciarme la cola, y me preguntó que quería hacer. Por supuesto, acepté de buen grado su manoseo y lentamente fui levantandome el vestido. Estaba de frente a él y se notaba mi excitación porque tenía una gran erección. Gabriel, el hombre que estaba conmigo, advirtió esta situación, dándose cuenta que estaba a su diposición. Suavemente me bajó la bombachita y me sacó el vestido, quedándome por primera vez desnudo frente a un hombre.
Me dió un muy intenso beso, metiéndome la lengua hasta el infinito, provocándome un muy placentero orgasmo.
Él muy tranquilo sacó su miembro, que luego medimos y era de 23 cms. Me dió un poco de temor por que pensé que era imposible tragarme esa porción de carne. El me tranquilizó, me acostó con la cola para arriba y empezó a pasarme su húmeda lengua una y otra vez hasta dejármela mojada y abiertita. Metió un dedo y me jugueteó con él, dándome un tremendo placer al punto de pedirle que me penetrara.
No se hizo rogar. A los pocos instantes comenzó una riquísima penetración. Me hizo sentir un poco de dolor y un cosquilleo tan lindo que tuve mi segundo orgasmo. Me besaba el cuello y me lengueteo las orejas lo que me puso a mil y tuve el tercer orgasmo. Me susurraba que era una linda putita y que conocía a mi madre a quién quería cogerla. Pensando en ella tuvo un orgasmo llenando mi cola de su líquido muy caliente. Se levantó satisfecho de haberme hecho su mujer. Sin mediar palabras se puso su ropa y salio.
Al día siguiente, aún mi cola me ardia, pero pensaba en lo maravilloso que fue tener a ese obrero dentro de mi.
Al salir de mi casa y antes de ir a la casa de mi amigo, se me ocurrio pasar por la obra, al llegar a la entrada veo a él, sentado, me miro y me hizo una seña mientras se acariciaba su paquete, mire a ambos lados y entre, al llegar a él me tomo de la mano y me llevo hacia la abitación, de un movimiento hizo que me agache, saco su verga y se lo comence a chupar, él saboreaba cada lenguetazo que le daba a la cabeza de su pija.
Depués de unos minutos, me bajo los pantalones me puso un cuatro patas, me puso saliba en mi culo y sin decir palabra alguna me clavo su tranca de un solo golpe, pegue un grito de dolor, él tapo mi boca con su mano mientras me bombeaba con fuerza. Me susurraba que era su putita y que le calentaba porque pensaba que yo era mi madre.
Yo gemia del placer, mientra con mis manos abria mas mis nalgas para que todo ese pedazo de carne entrara completamente en mi culo. Después de unos minutos apuro sus movimientos, mientras me decia que me iba a dar semen hasta llenarme el culo, yo pedia a gritos que me acabe en la boca, para sentir su sabor. Termino acabándome en el culo, la saco, me dio vuelta y me metio la verga en mi boca para que se la liempie, su sabor me fascinaba.
Me dijo que nos vistieramos porque en cualquier momento llegaba su amigo, salimos afuera y nos quedamos charlando, antes de irme me dijo que la próxima me llenaba la boca de semen.
Desde ese día cada vez que paso por la obra a la mañana, entro y Gabriel me pega una buena cojida, y por la noche antes que se vaya para su casa le doy una buena chupada y me hace probar su riquisimo semen, cuando le toca la guardia, digo en mi casa que duermo en la casa de algún amigo y me quedo con mi macho obrero y la pasamos de 10, a puro sexo toda la noche.

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