viernes, 18 de febrero de 2011

EL CERRAJERO

Soy Cristian, tengo 16 años, pero desde los 13, he tenido relaciones sexuales con amigos, o gente que conocía en algún Chat, soy moreno, pelo negro, de cuerpo normal, no feo, pero tampoco el ser más guapo del universo, mido como 1 70.
A la semana de cumplir 16 me asaltaron en el metro, y luego llego a mi casa para descubrí lo peor, se habían metido a robar, imagínense todo eso en un mismo día. Yo vivo solo con mi madre, y fuimos a buscar a un cerrajero para que cambiara las chapas.
Julián es un tipo de unos 26 años, alto, moreno de un cuerpo que me deja babeando, y un paquete hermoso, grueso y como de unos 20 cm. aprox. Yo ya lo conocía de otras veces que había tenido que cambiar chapas en mi casa, en fin, estuvo cambiando las chapas y rompiendo candados de los cuales se habían llevado llaves, pero se nos olvidó mencionar uno. Total esto fue el viernes, y el lunes mi madre me pidió que lo llamara y que le pidiera que fuera a romper el candado que había faltado.
Acabó rompiendo otra cosa, pero eso es adelantarme. Lo llamé y me dijo que claro que no había problema que venia para acá, mi madre trabaja y llega bastante tarde, así que le dije que aquí lo esperaba. Me puse a hacer un trabajo de la escuela y se me olvidó por completo que el venía así que me metí a bañar.
Estaba terminando de bañarme y en eso escucho el timbre del edificio, contesté y era él, le dije que la puerta de abajo estaba abierta así que entró, mientras fui corriendo a ponerme una toalla y a cerrar las llaves de la ducha. Cuando abrí la puerta ahí estaba él, con una playera sin mangas, que hacía que se le marcara todo, y los pantalones sucios que siempre usa para trabajar. Cuando me vio, sentí que me veía raro, claro ustedes que pensarían si van a arreglar algo y se encuentran con un mocoso de 16 años en toalla, recién bañado y súper caliente, porque ya llevaba como un mes sin nada de acción, claro eso no lo sabía él.
Me saludó como siempre, y pasó, le dije que el candado estaba en la azotea, que me esperara a que me pusiera algo para subir, ya que no quería encontrarme con algún vecino y que me vieran con ese ejemplar de hombre y yo en toalla. Todos mis vecinos saben que soy gay y me han visto varias veces con varios chavos, pero este chavo se lleva bien con mi madre, y no podía dejar que le contaran de él.
Me dirigí a mi cuarto y no cerré la puerta, siento que inconcientemente, o tal vez conciente, quería que me viera, yo estaba de espaldas a él, me quité la toalla y me empiné a buscar mi ropa interior, él estaba parado en el puerta viéndome, en eso sentí como se me acercaba y me agarró por la cintura, yo no sabía ni que hacer, se me acercó al oído para decirme:
- ¿Por qué te quedas así? He visto como me miras.
Yo no sabía que hacer, en ese momento me volteé y le dije que no sabía de que hablaba que no era cierto, claro no podía disimular que me estaba calentando cabrón, yo seguí excusándome, cuando me planta un beso en la boca y me dice:
- No tengas miedo, total tienes un culito muy lindo y hace tiempo que tengo ganas de darle lo que necesita.
Yo no sabía que hacer, solo me di cuenta de que me volvió a besar, lo cual correspondí, en eso me abrazó fuerte y me tiró en la cama, se fue desnudando, y yo estaba que ya no podía más con ese cuerpo espectacular frente a mi, y lo único que se me ocurrió fue abalanzarme contra el y empezar a besar, lamer y morder cada parte de su hermoso cuerpo, bajé y empecé a mamar esa verga grande y dura, tenía un sabor riquísimo y veía su cara de excitación, lo cual me animó más y empecé a mamar como un loco, quería sentirlo todo, al poco rato me detuvo y me llevo hasta su boca, me besó y me dijo:
- Calma bebe que no quiero acabar tan pronto. Me cargó en sus brazos, yo me agarré a él con mis piernas, y lo besaba como un loco, me tumbó en la cama y me volteó.
- ¿Qué haces?
- Solo quiero probar este culito que tienes. En eso sentí su lengua en mi orificio, me ponía a mil el cabrón, succionaba, me metía la lengua, y empezó a penétrame con su lengua, yo estaba en el cielo, prácticamente gritaba de placer, me tapó la boca y empecé a lamer su dedo como si fuera su verga, él quitó su lengua de mi culo y metió su dedo, yo estaba en el cielo, sentía como lo metía y lo movía dentro de mí, yo le suplicaba que me penetrara, que me hiciera suyo, pero él me dijo: - Calma putita, pronto tendrás lo que quieres. Yo solo sentí como me metía un dedo más, ya no podía y me movía como loco, en ese momento, trató de clavarme toda su arma de un solo jalón, yo lloraba por el dolor, para luego sentir como me detuvo contra la cama, me presionaba y me decía:
- Calma putita, que si no, te la voy a meter de un solo jalón y te va a doler más, a penas es la puntita. Que puntita ni que mierda, a mi me dolía mucho. Luego me fue jalando poco a poco hacia él, y sentía como cada centímetro iba entrando, me dolía y a la vez me gustaba; la razón de que me doliera, aunque ya hubiera tenido sexo, es que tengo un culo demasiado apretado y siempre me duele muchísimo, cuando empecé a sentir sus vellos en mis nalgas le pedía:
- Por favor, salte que me duele.
- Tú pediste por ella, ahora aguántate y disfruta como la puta que eres. En eso empezó a moverse con el clásico mete y saca y a veces en círculos, y empezó a masturbarme, en ese momento el dolor se fue convirtiendo en placer, en un placer increíble, quería más y me le acercaba y movía mi culo al compás de sus embestidas.
- Así que buena putita, que rico culo tienes, tan apretado, tan calientito.
- Sí, soy tu puta cogeme, cogeme. Para ese momento el dolor era cosa del pasado, solo sentía un placer increíble; él me cogía con más fuerza mientras me masturbaba, en eso salió completo de mí y me la volvía a meter de un jalón, yo me sentía en el cielo.
Se salió y me volteó, me empezó a besar, se paró y me cargó en sus brazos, me puso contra la puerta en la misma posición, y me penetraba mientras me cargaba, yo no supe ni como pudo hacer eso, pero me sentía en el cielo, quería más, yo lo besaba y el seguía empujándome contra la puerta cuando me embestía. Luego de estar un rato en esa posición, me suelta, se sale de mí, y me tira en la alfombra de mi cuarto, yo me volteó bruscamente y me pongo en cuatro, sentía muy abierto el culo, y me dice:
- Que puta eres, ¿Nunca te cogen tan duro? Estas sangrando. Yo asustado quería ver si era cierto que sangraba, pero él me detuvo diciendo:
- No veas o no vas a querer seguir, y esto todavía no acaba. Y vaya que no había acabado en eso, me la metió de un jalón y yo veía estrellas, el dolor y el placer eran increíbles, me estaba rompiendo el culo, y él gemía como loco, y lamía mi espalda, empezó a masturbarme muy fuerte y me hizo venirme, en eso sentí como mi culo apretaba su verga dentro de mí, y sentí toda su leche llenar mi intestino y escurrir por mi entrepierna, después se paró y yo lamí lo que quedaba en su verga, que sabor tan extraño, por algo me encantó, luego me levantó, me besó y me dijo:
- Ahora dime cual era el candado que tenía que romper.

No hay comentarios:

Publicar un comentario