viernes, 3 de junio de 2011

EL AUXILIAR DE BUSES

Siempre ha sido para mi algo muy difícil de aceptar todas las cosas que siento, de hecho lo estoy aceptando poco a poco, de manera paulatina, al menos eso creo. Tengo 18 años, delgado, pelo castaño claro, ojos cafés y bastante lampiño, en pocas palabras no soy feo, sino que normal tirando para algo lindo. Lo que les voy a narrar ocurrió hace poco, en lo que se convirtió en mi primera experiencia sexual.
Vivo en un departamento con mi mamá, soy hijo único y jamás he conocido a mi papá cosa que realmente a estas alturas no me interesa, en ese tiempo vivíamos frente al terminal de buses de Santiago en unos pequeños departamentos.
Debido a que la situación económica en mi hogar nunca ha sido muy buena, mi mamá trabajaba prácticamente todo el día, y para recibir más ingresos se arrendaba una habitación a un hombre de unos 28 años de contextura gruesa, algo velludo y bastante feo, él trabajaba como auxiliar de buses de una conocida empresa a nivel nacional.
Él a mi no me generaba absolutamente nada, de hecho lo encontraba tosco y prácticamente lo veía solo los días que se quedaba en mi casa, ya que generalmente los recorridos que hacían eran hasta el sur de Chile, y estaba en Santiago sólo algunas noches.
Un día en que yo alrededor de las 4 de la tarde me encontraba sólo y estaba bien caliente, se me ocurrió ver una película porno gay por Internet, en eso estaba cuando se me ocurrió vestirme con algunas ropas de mi mamá, me las acomodé y maquilleé mi rostro, yo seguro de que nadie llegaría y no pasaría nada.
Fue tanta mi excitación verme vestido como mujer que empecé a fantasear con muchas cosas, en eso estaba cuando yo no sentí la llegada de Javier que había entrado al departamento y me veía vestido de mina.
Se puso a reír descaradamente de mi, me empezó a preguntar cosas, como si acaso yo era maricón y cosas de ese tipo, la verdad yo me puse muy nervioso y angustiado y me puse a llorar como una verdadera niña. Le respondí que no sabía porque estaba vestido así. Fue bastante ordinario en su vocabulario, lo encontré muy burlista en sus expresiones:
-¿Has probado algún pico alguna vez?
–Nunca, respondí entre sollozos.
–Bueno pa no contarle a tu mamá me lo tenes que chupar.
Yo realmente me asusté y me puse a llorar, al parecer él se apiadó y me abrazó y me dijo que no me preocupara que él no diría nada y que me fuera a mi pieza. Mientras me abrazó yo empecé a calentarme, y él lo notó.
Me empezó acariciar mi cabeza y a tocarme mi espalda hasta llegar a mi trasero, metió su mano por debajo de la falda que traía y me empezó acariciar mi trasero, yo me excité mucho y quería que siguiera más y más, me corrió con sus dedos el colales que traía y comenzó a meterme uno de sus dedos, fue un dolor horrible.
Me volvió a pedir que se lo chupara, cosa que hice de forma voluntaria, agachando mi cabeza y llevando ese pene a mi boca, realmente era grande, nunca había tenido algo así ni entre mis manos y menos en mi boca, realmente lo disfruté, me lo metía y sacaba de mi boca, creo que lo hice bien, ver películas porno ayudan mucho, escuchaba como se quejaba y suspiraba.
Hizo que me pusiera de pie y me dio vuelta para tocar aun más mi trasero que hasta ese momento era un lindo trasero virgen. Me llevó hasta su pieza y ahí comenzó la tarde de sexo que jamás he podido olvidar. Me desvitió por completo y comenzó a besar mi cuerpo por todos lados, yo estaba en las nubes, quería que siguiera que no se detuviera.
Me empezó a meter su lengua en mi culito, gemía como una verdadera perra, estaba tan excitado que quería que no se acabaron el tiempo. Se él desnudó por completo y por primera vez me di cuenta que a pesar de ser feo de cara, tenía un cuerpo exquisito, muy bien dotado y marcado. Luego de meterme su lengüita en mi culito, comenzó a meterme uno de sus dedos, yo de espalda, hasta que sentí que me empezaba a meter su rica verga.
Fue un dolor muy grande, me tomó por sus hombros, y salvajemente me lo metió muy fuerte, grité de dolor, mientras me puso su mano en mi boca, comenzó a bombear cada vez más hasta que el dolor cedió por completo. Estaba en el paraíso, quería que me lo siguiera metiendo.
Me puso en muchas posiciones, siendo la que más me gustó cuando quedé encima de él, cabalgando sobre su pico, hasta que acabó en mi trasero en su condón, el cual sacó de mi trasero con mucho cuidado, y me dio mucha vergüenza porque estaba algo manchado.
Me acosté a su lado y me atreví a besarlo, esquivó su cara, dormimos hasta alrededor de las 7 de la tarde, despertamos abrazados y finalmente me besó, volvimos a tener sexo, como hasta las 9 de la noche.
Se volvió a su pieza y mi mamá llegó cerca de las 10, esto se siguió repitiendo hasta que él volvió a su ciudad al sur, donde su esposa, fui su niñita por cerca de 1 año.

No hay comentarios:

Publicar un comentario