jueves, 26 de enero de 2012

EL RUSO

Ya a mis 16 años tenia mas que asumida mi sexualidad, sabia que me gustaban los hombres, y no me suponía ningún trauma. Yo era un chico un poco soñador, me gustaba pasear solo y disfrutar de la naturaleza.
En el colegio las chicas me consideraban de los mas guapos, era bajito, apenas llegaba al 1.60 de estatura y bastante delgado, mis ojos color miel y mi cabello rubio hacían las delicias de las chicas (y algún que otro chico).
En mi grupo de amigos hablábamos mucho de sexo, y ellos ya conocían mis gustos y no me dejaban de lado por ello. Pero vamos ya a lo interesante.
Era pleno mes de Agosto, y este mes en Madrid se hace insoportable, el calor ronda los 40º y os puedo asegurar, que debido a esto las hormonas están a tope todo el día, y el calentón es permanente. Serian alrededor de las once de la noche, el aire hacia que el sofoco fuera mas llevadero, yo después de haber estado con mis amigos por plaza de España me decidí a ir a Chueca, el barrio mas gay de mi ciudad.
Allí el ambiente es muy agradable, risas, juerga, diversión, me encontraba muy a gusto, casi llegando al metro se me acerco un hombre de unos 40 años.
- Chico, perdona ¿tienes hora?.
- Si – mire mi reloj – son las once y cinco.
- Gracias – contesto el hombre – oye puedo hacerte una pregunta.
- Si, adelante.
- No quiero que te enfades si no te gusta lo dices y me voy.
Adivine por donde iría su pregunta, y mi pene también que empezó a reaccionar.
- ¿Quieres subir a mi casa y nos tomamos algo?
En condiciones normales me abría negado por completo, pero varios factores de unieron para que yo perdiera la cabeza, el primero era el pedo que llevaba después de haber estado bebiendo con mis amigos, el segundo, el calor, mis hormonas pedían un polvo y rápido, y el tercero, era el billete de 50 euros, que el hombre me mostró al decirme que me fuera con él. Acepte de inmediato.
El camino a su casa solo me limite a seguirlo y observarlo, tenia el pelo canoso, y barba de algunos días, su vestir era extremadamente elegante.El portal de su casa era de extremo lujo, aquel hombre era realmente rico, abrió la puerta de su casa y me indico dándome ya el billete que fuera a la habitación y me pusiera cómodo.
Me tumbe en la cama de matrimonio y comencé a desnudarme, dejándome solo los boxer que llevaba, me tumbe y separe mis piernas los mas que pude, mientras acariciaba mi pene para recibir a aquel hombre con una semi erección.
No tardo mucho en entrar, él ya iba desnudo, era muy musculado y apenas tenia bello, su pene, flácido era enorme y me calentó pensar lo que aquello podría crecer en erección. Se sentó en la cama.
-Eres realmente bonito – me dijo mientras me acariciaba el pecho – mira quiero que conozcas a un amigo, Vissel, pasa.
¡Un amigo! Vaya aquella noche prometía, no solo me lo iba a follar a él, también a su amigo. Y menudo amigo.
En ese momento atravesó la puerta un chico de no mas de 17 años, de mi estatura centímetro mas centímetro menos. Con un precioso cabello dorado y rapado, unos ojos azules de los que hasta el cielo sentía envidia y un cuerpo totalmente imberbe, ataviado solo con una toalla, podía ver su musculado cuerpo, digno del mejor de los nadadores, aquel chico sin duda era ruso o balcánico.
- Vissel, es un estudiante de intercambio ruso – Jaume que así se llamaba el cuarentón confirmo mis sospechas – y ha venido a enseñar a los niños españoles como tu las delicias del ruso.
Asentí con la cabeza y me deje hacer, Vissel se sentó al otro lado de la cama, ambos me comenzaron a acariciar el pecho, Jaume se agacho y me comenzó a lamer los pezones mientras Vissel, bajaba su mano y me acariciaba el paquete. De golpe ambos pararon.
- Muy bien, hagamos un juego, él que la tenga mas pequeña pondrá el culo para los otros ¿de acuerdo?.
Una vez mas acepte con la cabeza, Jaume salió de la habitación mientras Vissel se acostaba a mi lado.
- No tener tu miedo, no pasar nada, solo follar.
El ruso de Vissel me hacia mucha gracia, solté una pequeña carcajada y él también rió, los dos nos besamos.
Su boca era realmente dulce, suave, golosa, su lengua peleaba con la mía sin respiro, y nuestras manos acariciaban nuestro cuerpo, los dos estabamos ansiosos de placer, Jaume entró a la habitación.
- Bueno pues todos con las pollas arriba.
Los tres comenzamos a descojonarnos de risa. Él primero en medírsela fue Jaume, 16 cm, no estaba nada mal, pero no crecía tanto como yo imaginada, por su tamaño en reposo parecía aun mayor. Ciertamente me alegre, yo ya sabia que la tenia mas grande que él, no seria el que recibiera.
A continuación yo, 18, dos centímetros mas que me permitirían descargar mi placer en el peludo culo de mi reciente amigo. Y por fin el ruso, se quito la toalla y mi boca se deshizo, no podía creer lo que veía, la tenia flácida y ya era mas grande que la mía.
- Tu chúpamela para poner dura del todo.
- Vale, Vissel, ya mismo.
Me agache y comencé mi mamada, su aroma era de recién duchado, el tacto suave, primero la agarre comenzando una tímida paja, con la mano que me quedó libre acaricie su pubis en el que apenas había vello, noté que aquello le excitaba pues su pene palpitaba en mis manos, el ruso se canso de mi paja, me cogió tiernamente de la cabeza y me la metió en la boca.
Su sabor no era ni agrio, ni dulce, tampoco salado, era simplemente un sabor que nunca había conocido y producía en mi una gran ansia de mas.
Tenía que abrir mucho la boca para que aquel enorme pene no me rompiera la mandíbula, pero el esfuerzo merecía la pena, aquel enorme trozo de la patria rusa, me estaba proporcionando un enorme placer, Jaume, a todo esto se acerco despacio y comenzó a masturbarme, mis gemidos y los del ruso fueron en aumento.
De un empujón, Vissel me separó de su polla que lucía ya su máxima erección.
- Hazlo tú – me dijo Jaume dándome la regla.
- 23 centímetros – dije en alto – joder a mi esto no me entra en el culo.
Y de nuevo las carcajadas.
- Tranquilo, seréis los dos para mi – apunto Jaume.
Los tres de pie comenzamos a tomar posiciones, Jaume, se tumbo en la cama a modo de perrito, separando sus nalgas y dejando ver el enorme hueco que los polvos con el ruso le habían causado, el ruso, se coloco detrás, untando su pene en vaselina que no me había fijado antes que estaba sobre la mesilla, y acompañado de los gemidos de placer de Jaume comenzó a introducirla en su culo.
Los movimientos acompasados de Vissel no daban lugar a dudas aquello estaba perfectamente lubricado, los dos llevaban buen ritmo.
- Torero metérmela.
Ese sin dudas era yo, introduje dos dedos en el bote de vaselina, frote el ano de Vissel, que no tenia un solo pelo, cuando lo note bañado en lubricante me masturbe con otro poco de aquel gel, mi polla chorreaba y era el momento de la penetración, acerque mi glande a su culo, metiendo lentamente la puntita, era la primera vez que daba por culo y el placer era enorme, notaba sus cachetes golpear en mi polla, notaba la presión de su ano haciéndome gozar. La metí todo y el ruso pareció alegrarse.
- Olé – dijo cuando la noto toda dentro.
Y los tres gozábamos del sexo, el ritmo era ahora mas lento queríamos gozar,disfrutar, no teníamos prisa.
- Nene – me dijo Jaume – vamos a cambiar de postura.
Yo me separe del ruso, me encanto ver el agujero que había dejado en su ano, muy abierto, mi polla era realmente gruesa, pero sin duda lo que mas me calentó fue cuando el ruso se salió de Jaume, aquello si que era un culo dado de si, casi podía verle las entrañas.
- Yo meter a torero, la mejor banderilla de España.
El ruso era muy gracioso en sus comentarios, y eso me hacia estar relajado, aunque temí que el ruso me desgarrara por su enorme tamaño.
Me coloque esta vez como antas lo había hecho Jaume, entre los dos comenzaron a chuparme el culo, y sentí un inmenso placer, sus lenguas se peleaban por entrar en mi.
Pararon, y note sus manos untándome en vaselina.
- Pon mucha ruso que la tienes muy grande – dijo Jaume.
Ciertamente notaba mi ano bañado en vaselina, tras una pausa note la punta del ruso, y decidí que lo mejor era relajarse, como ya antes había leído en los relatos, era la primera vez que me daban por culo.
- Despacio ruso por dios – le grite.
- Yo ser considerado contigo tu estar relajado.
Lo cierto es que el ruso lo hizo muy lento, con embestidas muy suaves me iba metiendo el pene, lo notaba, cada centímetro me hacia estremecer, si el cielo se parecía a aquello deseaba morir allí mismo, al fin y tras mucho tiempo note el metesaca del ruso, su polla se deslizaba sin mayor problema en mi ano, su punta rozaba continuamente mi próstata lo que me producía un tremendo placer.
- Ruso si no paras me corro – dije.
El ruso miro a Jaume y este le hizo gesto de seguir, Jaume se coloco de tal forma que mi polla quedo en su boca, me la comenzó a mamar, y a los pocos segundos me corrí, los espasmos eran increíbles, el placer casi me hizo desvanecer, calcule doce sacudidas de esperma que Jaume no trago, dejo que le empapara la cara, apenas se le veía, mi semen le ocultaba el rostro, nunca había visto mi esperma tan espeso y blanquecino sin duda fruto de mi excitación.
Jaume le dio a probar al ruso mi semen, este le chupo la cara como el perro que no bebe en semanas, lo poco que dejo, Jaume lo acerco a mi cara y yo decidí probar mi propio liquido que era realmente dulce.
- Yo darte el néctar del zar.
El ruso se salió de mi, dejando un vacío que nada ha podido llenar todavía, yo me di la vuelta y el ruso me la metió en la boca, yo mame lo mas rápido que pude, paso bastante tiempo cuando note los espasmos del ruso, sus ojos describían un inmenso placer, y yo no pude imaginar lo que se me venia encima, el primer chorro lo saboree, el segundo, me llego hasta la garganta, con el décimo chorro, no pude evitar abrir la boca pues me ahogaba, y los cuatro siguientes me salpicaron el pecho, mi cuerpo se lleno del orgullo de Rusia, un líquido agrio como el limón, pero que dejaba un gusto salado que te hacia pedir mas.
Me deje caer sobre la cama, y Vissel y Jaume me lamieron hasta la ultima gota, frotando también mi cuerpo con sus manos empapadas en sudor, en ese momento fui consciente del calor que tenia, estaba empapado, nuestros cuerpos resbalaban.
Me incorpore y vi la tremenda erección de Jaume, absortos en nuestro placer nos habíamos olvidado de él.
- Oye Jaume déjame una cosa vale túmbate – le dije. Busque la cocina, y en su nevera encontré nata, eso me serviría.
Volví a la habitación y unte el pene de Jaume con el producto, llame al ruso y entre los dos, degustamos aquel delicioso postre, que debajo de la nata estaba relleno de carne cálida y excitante, nuestra doble mamada, hizo rápido su efecto, y Vissel y yo nos peleamos por el esperma de Jaume, aunque hubo de sobra para los dos.
Tras descansar un rato y darme una ducha, llego el momento de partir a mi hogar, cambiamos teléfonos y me cite con Jaume para dentro de una semana.
Mis encuentros con él son asiduos, pero al ruso se le termino la beca, ahora en su casa hay un riquisimo argentino de 16 años, que mañana voy a ir a conocer.

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